Si antes de la revolución de las telecomunicaciones un individuo podía sentirse satisfecho al escuchar, e incluso luchar por conceptos tales como Progreso, Libertad o Nación. Eso ya acabó. Actualmente el individuo postmoderno suele percibir cierta ironía en estas, antaño heroicas, palabras. Las escucha risueño y se pregunta quién fue el Boomer que las pronunció.