Una persona sin hogar no es deseada, pero tampoco es como que exista una alternativa para personas que no tienen nada. Porque resulta más sencillo caminar por una calle, ignorando a las personas que llevan encima tres o cuatro chamarras, con los zapatos gastados, los pantalones llenos de polvo. Imagine cuánto podemos rescatar de tratar a un ser humano como lo que es.