Delantales sucios

El juego alimenta. No hay confirmación más hermosa del valor de la cocina que esa. Accidente químico que transforma ingredientes sueltos en una sustancia única, un adjetivo único para un único momento. Por eso el olor a atole es el atole mismo, nos dice Juan Jesús Jiménez.

Fotografía de Vitor Monthay a través de Unsplash