Sol de la incertidumbre de Ramón López Castro

Por Óscar Alarcón (@metaoscar)

Puebla, México, 23 de julio de 2021 [01:01 GMT-5] (Neotraba)

Después de que un enorme geiser apareciera en el centro de Monterrey, Godzilla sacude el cuerpo y se interna en un lago eterno de agua hirviendo. La escena es, por demás, inquietante. Nos hace dudar: es un sueño o ciencia ficción. Literatura en estado puro.

Lago de Monterrey es un proyecto para crear al pan-humano feliz, sin importar si toda una comunidad se usa como conejillos de indias. Es el año 2319.

Ramón López Castro (Tlalnepantla de Baz, Estado de México, 26 de septiembre de 1971) fue ganador del Premio Nacional de Ensayo “Alfonso Reyes” en el año 2000 por Expedición a la ciencia ficción mexicana. Sol de la incertidumbre, su séptimo libro, publicado por Editorial An.alfa.beta en coedición con la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Nueve historias integran el volumen de cuentos. En “Los soldados de la incertidumbre” nos encontramos ante un multiverso. Una de las características principales de la narrativa de López Castro es el cuidado del lenguaje. Las oraciones se construyen con hilado fino, es notorio que el autor corrigió el texto una y otra vez hasta dar con las palabras exactas, medidas. El coronel Lucio Cabañas se encuentra con el Presidente Heberto Castillo y sus secretarios de estado: Zedillo y Obrador… Ante tal declaración, uno debe regresarse algunas páginas para verificar que dicho es real. En ese momento uno cae en la cuenta: multiverso.

Un niño está a punto de cazar un conejo cuando de pronto sufre quemaduras por radiación. En este multiverso la política es importante. Tan importante como es la ciencia para nosotros de este lado del multiverso. Ramón López Castro encuentra el punto que unirá dos líneas que se creen alejadas en nuestro país: la ciencia y la política. Ambas, aquí y allá, trabajan juntas. Una invasión norteamericana (¿?) intenta cruzar por un agujero cuántico para recuperar su territorio, el cual es parte de su poderoso (¿?) vecino: México.

La narración de cada una de las historias le hace plantearse esas incógnitas al lector. Le dejará rumiando las aventuras de cada uno de los protagonistas para cuestionarse: “¿Y si sí hubiera ocurrido esto?”

Más allá de la ciencia ficción destaco que a lo largo de las 9 historias hay un elemento constante: el movimiento. Ya sea porque un tráiler está a punto de perder los frenos y se debe llevarlo a una rampa de emergencia o porque una hormiga busca la salida a un laberinto de arena o porque un conductor golpea a un cuerpo en una noche desafortunada. La carretera implica movimiento. Los caminos de la narrativa de López Castro están echados a andar. El lector es un caminante que deambula por las narraciones por momentos lentas, sin embargo, conforme avanzamos –nuevamente el camino y el movimiento– comienzan a tomar velocidad.

El fantasma de Francisco Villa se aparece y masacra a quienes asesinaron a un personaje que trataba de invocarlo. Una pareja de vampiros sale a cazar para subsistir, pero dejan de lado las formas simples de atrapar a sus presas; como siempre, el erotismo será un elemento que se encuentre entre los habitantes de la noche hasta que… el final se anuncia y nos entierra los colmillos.

No importa si se trata de la Inquisición del Siglo XVIII, de un monasterio cuyas aguas termales muestras otras realidades a quienes se sumergen en ellas o de una empresa que decidió abrir un enorme socavón a la mitad del centro de Monterrey.

Movimiento, lenguaje exacto, tiempo, el ser humano como medida de todas las cosas. De todos los desastres.

El azar juega también su papel: la moneda está en el aire, la mano de Ramón López Castro fue quien la lanzó: águila o sol, dos posibilidades. Los cuentos de Sol de la incertidumbre son la tercera posibilidad. La moneda cayó de canto.

Sol de la incertidumbre de Ramón López Castro, Editorial An.alfa.beta y Editorial Universitaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León, 2020.