Por Rosa Borrás.
Confieso que, inicialmente, Mary Cassatt no era una de mis mujeres favoritas. Me parecía una pintora convencional, cursi y hasta aburrida. Hace años (muchos) vi varias de sus obras en un par de museos del extranjero, pero en esa época me parecían más interesantes Van Gogh, Gaugin, y otros famosos pintores, casi todos post-impresionistas o vanguardistas. Junto a Manet y Cezanne, Mary me parecía desabrida. Fue hasta no hace mucho, ya siendo yo otra, que redescubrí a esta mujer, que de convencional y aburrida no tiene un ápice.
Mary Cassatt nació en Pitsburg, Pennsylvania, en 1844, en el seno de una familia acomodada, cuyo padre se dedicaba a la especulación de terrenos y a las finanzas. La madre era hija de banqueros, sensible y con una amplia educación, considerando la época.
Desde muy joven Mary sabía que quería dedicarse a pintar, pero su tradicional padre se oponía y no estaba de acuerdo en que ella asistiera a la escuela de arte por miedo a que se expusiera a ideas feministas y a la vida liberal y bohemia de los artistas. A pesar de esta objeción, Mary ingresó a la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania a los 15 años, y desde entonces decidió hacer del arte su vida.
Estudió en dicha Academia de 1861 a 1865. Después de 4 años de estudio, y dado que en esos tiempos no se otorgaban títulos profesionales, Mary decidió que ya había tenido suficiente del sistema educativo vigente, machista y paternalista (que, entre otras limitantes, prohibía a las mujeres dibujar al natural con modelos) y se marchó a Europa para aprender de las grandes obras del arte clásico. Mary llegó a Paris en 1866, sin embargo se encontró con que ahí ¡las mujeres no podían asistir a la escuela de Bellas Artes! Así que para seguir desarrollando su aprendizaje, se vio obligada a tomar clases particulares con el artista Jean–León Gerome, pintor que hoy consideraríamos hiper–realista, de corte conservador y con gran poder en las instituciones y medio artístico de la época. Bajo la tutela de Gerome, Mary visitaba el Louvre con frecuencia; ahí conoció a otros pintores, hombres y mujeres, estadounidenses y europeos, ya que, una vez más, la presencia femenina no era bien vista en los cafés y sitios de reunión de los artistas e intelectuales de su tiempo.
Mary se enfrentó a muchas limitaciones y obstáculos por el simple hecho de ser mujer, de querer ser independiente y no dedicarse a una vida convencional. Ella había decidido a temprana edad no casarse ni establecer una familia, pues consideraba que eso le impediría dedicarse a su interés principal, que era el arte. A pesar de estas circunstancias, Mary trabajaba, exponía y hasta vendía obra. Por lo visto tenía un carácter fuerte y las ideas claras.
En 1887 conoció a Edgar Degas, quien la invitó a integrarse a su grupo: los Impresionistas, grupo de pintores franceses vanguardistas que proponían una nueva forma de entender la pintura. Mary participó con ellos en varios de los Salones Independientes que organizaron y se hizo amiga de varios de ellos, coincidiendo ahí con otra de las pocas pintoras reconocidas de esa época, Berthe Morisot. Al cabo de algunos años, Mary dejó el grupo, desarrollando un estilo más personal tanto en temas como en aspectos formales, y muy influenciado estéticamente por la estampa japonesa.
De Mary se ha escrito mucho ya que es un personaje fundamental en la historia del arte por su contribución como pintora y grabadora, por su influencia en el coleccionismo de la época, (asesoró profesionalmente a conocidos y amigos en la adquisición de obra de sus contemporáneos) y finalmente por su postura ante la condición de la mujer a finales del siglo XIX.
Me interesa Mary Cassatt porque antepuso su pasión, su individualidad y su deseo de realización personal a los estándares sociales de su tiempo. Hoy puedo leer sus pinturas con otros ojos; me identifico con sus temas favoritos (escenas domésticas, madres con hijos, mujeres leyendo y compartiendo la lectura), que adquieren una fuerza nueva, y me doy cuenta de que realmente su pintura reivindicaba el papel de la mujer de entonces. Me parece que la obra de Mary y su mensaje siguen vigentes y por eso se ha convertido en una de mis mujeres favoritas.
Si quieren saber más sobre Mary Cassatt, les recomiendo que revisen los siguientes sitos, de donde he tomado la información y fotografías para este artículo:
http://leereluniverso.blogspot.mx/2010/05/arte-pintura-mujer-y-lectura-mary.html
http://www.3pipe.net/2011/01/passion-of-mary-cassatt.html
http://www.guardian.co.uk/books/2006/jan/04/1
http://en.wikipedia.org/wiki/Mary_Cassatt
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muy interesante tu artículo a mi siempre me ha encantado la manera de expresarse de Mary Cassat y cuando conocí su labor como promotora de arte me volví doble admiradora
así es, mi querida aída. muy interesante mujer en todos los aspectos. gracias por leernos. besos.
Sr. Borrás, mi compañera y yo estamos haciendo una tesis en artes y la citamos a usted en un punto que tiene que ver con Mary Cassat, por lo que necesitamos saber en qué rama (artista plástico, historiadora o crítico de arte, etc.) se desempeña la autora del artículo citado, es decir usted, para darle un aire más formal a la redacción de nuestra investigación. Le agradeceríamos mucho que nos aclarara este pequeño detalle. Andrea Carrillo.
Hola Andrea, gracias por leer mi columna y por interesarte en su contenido. Yo me dedico a las artes plásticas. Estudié diseño gráfico y después pintura. Si gustas una pequeña reseña mia, te la envío con gusto si me das una dirección de email.
Te pido por favor que, de usarlas también, tengas mucho cuidado de citar las fuentes que yo usé para escribir mi artículo 🙂
Gracias y saluditos.