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Desde el exilio en la frontera con Elisyum, 20 de octubre de 2024 (Neotraba)

Positive emotion means negative action
So cause a commotion and love the reaction
Negative thoughts clear your head
Eloquent logic says you’d be better off dead”

Urban Guerrilla, Subhumans

Para mediados de la década de los noventa, el movimiento por la justicia global estaba muy fortalecido debido a que, en esos años, los tratados comerciales tanto entre países, como regionales, el cabildeo de las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio, tuvieron su mayor pico de incidencia, desde el cenit del capitalismo neoliberal, por lo que las resistencias locales tomaron acciones globales.

En esos años, con la globalización y las alianzas comerciales que se daban tanto entre el Norte como en el Sur Global, es que las distintas resistencias locales también pasaron a globalizarse, con lo que en esos años se dio lo que pasó a conocerse como el Movimiento por la Justicia Global, donde confluían desde viejos hippies, sindicalistas, agricultores, anarquistas y muchas otras resistencias que finalmente veían a un enemigo en común: el capitalismo neoliberal y desde esta unión es que se daban las manifestaciones y las acciones contra este enemigo en común.

En esos años, la música también comenzó a globalizarse y darle un sentido a todas estas manifestaciones. Toda la movida alternativa que, si bien fue una respuesta al pop frívolo y consumista de la década de los ochenta, tenía en el American Hardcore, el Punk Europeo y Latinoamericano una forma de contrarrestar a la industria. Aunque es importante recalcar que justo en esos años, la industria de la música empaco la rebeldía y la vendió como un producto más, lo cual de cierta forma fue parte del soundtrack de las resistencias y del desencanto de toda una generación.

Pero más allá de ese intento de comercializar un sentimiento y una acción, existía toda una escena musical que convivía con el activismo de esos años y con el Movimiento por la Justicia Global y en esos años, el Punk tuvo mucho qué decir, participando de forma muy activa, con muchas acciones político sociales, más allá del autoconsumo que había sido en años anteriores, al que terminó reculando y siendo ese mismo autoconsumo el que ha terminado por ahogarlo en la actualidad.

El 10 de junio de 2010, se dio el que fue posiblemente el último intento del Movimiento por la Justicia Global por mantener cierta autonomía, se llevaba a cabo la cumbre del G20 en Ontario, Canadá y a pesar de que el movimiento había sido cooptado en su mayor parte por ONGs, agencias internacional y fundaciones con sede en el Norte Global, el intento por recuperar lo perdido a inicios del siglo XXI, se logró armar una gran convocatoria a la que muchos anarquistas y punks terminaron uniéndose en las protestas callejeras y la acción directa no violenta.

Con el apoyo de la Industrial Workers of the World (IWW) se pudo montar un campamento de anarquistas y punks que se encontraba relativamente cerca de la sede de la G20 y del espacio de la anti cumbre organizada por las ONGs, era un lugar estratégico para preparar las acciones tanto de foros, talleres, como las que se darían en las calles en los momentos de las protestas masivas. Casi seiscientos anarquistas y punks ocuparon el espacio de forma colectiva y apoyándose para que la organización y la logística funcionara. Para muchos fue el recuerdo de aquellos años en Seattle, Génova, Ontario, Cancún, de tiempos en que esa idea de otro mundo posible parecía una realidad.

En asamblea se decidió participar en la anti cumbre, al menos en algunos momentos, así como en la marcha digamos oficial. El bloque anarquista se dividiría en dos, por un lado, el bloque negro que estaba a cargo de las acciones directas no violentas contra edificios y la primera línea que estaba compuesta por veteranos de otros momentos como este, que serían los encargados de dar apoyo tanto medico como de protección cuando iniciara la represión. Desde la noche anterior se fueron preparando para la marcha, armando la estrategia.

Por la mañana se forma el bloque anarquista dentro de la marcha, el cual a los pocos minutos de iniciar se despliega hacia la línea del frente para dar la protección y el bloque negro que adopta una estrategia de guerra de guerrillas para comenzar sus acciones. La marcha inicia su camino hacia la sede de la cumbre del G20, los cánticos y las frases comienzan aparecer en los distintos bloques que se forman, la música está presente en todo el recorrido, hasta que la represión policiaca comienza.

Las detenciones comienzan, los golpes, el gas, los manifestantes tratan de reorganizarse, algunos huyen, otros comienzan hacer sentadas. Se calcula que ese primer día detienen a más de cien, en los siguientes días la cifra llega hasta ochocientos, muchos de ellos pertenecen al bloque anarquista. Se comienza a organizar la estrategia legal para sacarlo de la cárcel. No hay dinero, se organiza una fiesta punk en el lugar del campamento.

Se buscan un par de pinchadores de discos, se inicia con Subhumans, se pasa a Bad Religion, se sigue con Chaos UK, con Dead Kennedys, se continua con Citizen Fish, los recuerdos de otros tiempos, de otros días llegan de sopetón entre el slam y las bebidas, los pensamientos son los mismas, las ideas se mantienen, la música inspira a seguir en la lucha a pesar de todo, a pesar de lo que se ha quedado en el camino. El espíritu es el mismo, esas ganas de otro mundo posible salen a flote, aunque sea por una noche, por unos días.

En la cárcel los anarquistas cantan Urban Guerrilla, de los Subhumans que hace apenas unas semanas apareció en su disco de 2010, hay que festejar el momento, aunque mañana todo siga igual, por hoy nos insertamos en esas ganas de cambiar al mundo, antes de que venga el sistema a cambiarnos a nosotros.


Jorge Tadeo. Imagen tomada sin permiso de su cuenta de FB

Jorge Tadeo Vargas: sobreviviente de Ankh-Morpork, activista, escritor, traductor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena.

Desde hace años construye una caja de herramientas para sobrevivir.

A veces viaja a Mundodisco


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