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Ciudad de México, 9 de marzo de 2025 (Neotraba)

Insensatos lectores: ¿alguna vez han visto la película The bucket list? La traducción literal sería “La lista del cubo”. Me parece que en México la llamaron Antes de partir o cosa por el estilo. El asunto es que va de dos sujetos que se conocen en la sala de un hospital. Ambos tienen cáncer. Uno de ellos es el dueño del sanatorio, el otro es un mecánico. Les da por pensar en todas aquellas cosas que quisieran hacer antes de morir, entre los dos elaboran una lista y deciden acompañarse a perpetrar sus últimos deseos.

Les comento lo anterior porque siempre he pensado que cualquier persona debería tener una lista de libros que tendría que leer antes de que la vida le dé chicharrón. Ya ven que cualquiera puede estar medianamente bien y al siguiente día: ¡madres! Ahora resulta que hay que ir a Gayoso a pedir informes sobre la salud del sujeto en cuestión.

Por lo tanto, supongo que tal vez valdría la pena realizar una lista muy personal sobre algunas lecturas que me han marcado. Si bien ciertos libros no me cambiaron la vida, al menos me hicieron pasar muy buenos momentos. Y creo que valdría la pena compartir en este espacio buena parte de mis novelas favoritas.

Por supuesto que pienso que hay que leer El Quijote, Hamlet, Crimen y castigo y esas cosas denominadas “clásicos”, pero, supongo que una refrescadita a esos asuntos literarios no nos vendría nada mal. Me pregunto si alguna vez esos críticos que recopilan listas de libros, a lo cabrón, se habrán cuestionado que los tiempos cambiaron y que no tenemos dos años para leer el puto prólogo de cualquiera de estas obras (mi edición de El Quijote tiene 480 páginas antes de que la novela empiece, sólo es la pinchi introducción. Está bien que hay que poner las cosas en contexto, pero no mamar).

Así pues, damita, caballero, les dejo acá una lista de librazos que creo que valen mucho la pena. Comencemos con 10 de ellos y si les apetece podría hacerles un pequeño resumen de cada libro. Cabe aclarar que no están en ningún orden en específico, simplemente los vomité conforme los fui recordando:

  1. El complot mongol Rafael Bernal
  2. La uruguaya Pedro Mairal
  3. Severina Rodrigo Rey Rosa
  4. Dejen todo en mis manos Mario Levrero
  5. Seda Alessandro Baricco
  6. Trabajos del reino Yuri Herrera
  7. Señales que precederán al fin del mundo Yuri Herrera
  8. La transmigración de los cuerpos Yuri Herrera
  9. Nadie los vio salir Eduardo Antonio Parra
  10. Idos de la mente Luis Humberto Crosthwaite

Por supuesto que me faltan chingos de títulos, pero estos podrían ser los primeros 10. Aclaro que nada tienen que ver con aquello de los clásicos.

Hablando de eso: recuerdo que una ocasión estaba en una clase denominada “Culturas del mundo”, el maestro era un tipo extraordinario, daba una cátedra fenomenal. Se llamaba Jaime Casillas. Un encanto de cabrón. En una clase justo nos preguntó: ¿qué es un clásico? Todos dimos mil ideas y según nosotros avanzadas teorías. Después de unos veinte minutos de estar escuchando la retahíla de mamadas que decíamos, el maestro por fin respondió: “un clásico es aquel libro del que todo mundo habla, pero que nadie ha leído”.

Esto último me orilló a pensar que hay mucho de razón en eso. He escuchado a infinidad de personas citar a “Don Quijote” por cierto pasaje en la novela donde algunos perros están ladrando, pero, al preguntarles si saben quién es Alonso Quijano, simplemente dicen que no (y no falta quien me pregunta si era el defensa central de las Chivas en el ‘84). En fin.

Volviendo a lo que estábamos: como lo notarán, en la lista aparece tres veces cierto autor, motivo por el cual, el día de hoy, damita, caballero, les hablaré del único, del auténtico, del extraordinario, del sensacional, del aguerrido, del legendario, del siempre imitado jamás igualado: Yuri Herrera (¡fuerte el aplauso!) Comenzaremos por una novela denominada Trabajos del reino.

Antes de eso les paso una breve biografía del autor: Yuri Herrera es mexicanísimo. “Nació en Actopan en 1970. Estudió la Licenciatura en Ciencias Políticas en la UNAM y la Maestría en Creación Literaria en la Universidad de Texas, en El Paso. Es Doctor en Lengua y Literatura Hispánica por la Universidad de California (Berkeley). Actualmente imparte clases en la Universidad de Tulane (Nueva Orleans).

Ha publicado cuentos, artículos, crónicas y ensayos en periódicos y revistas de Estados Unidos, Latinoamérica y España. Su ya extraordinaria primera novela, Trabajos del reino (Premio Binacional de Novela Border of Words), fue publicada en una editorial cuyo nombre es Periférica en 2008 y convirtió a Yuri en uno de los jóvenes escritores latinoamericanos más prometedores.

Un jurado compuesto por cien personas del mundo editorial español la galardonó con el Premio Otras voces, otros ámbitos, a la mejor novela en castellano en 2009. Su segundo libro, Señales que precederán al fin del mundo, supuso la confirmación de aquella promesa y lo convirtió en uno de los autores latinoamericanos con más proyección mundial. A raíz de todo esto sus libros comenzaron a traducirse a numerosos idiomas”. La biografía de Yuri fue tomada del perfil del autor en la novela editada por Periférica.

Desde luego que se preguntará usted, curiosa damita, indagador caballero, ¿de qué chingados trata la pinshi novela? Pues básicamente habla sobre el mundo del narcotráfico, pero desde una visión muy peculiar.

Verán: seguramente algún día fueron a la iglesia (mi papá me tenía que llevar los domingos con pistola en mano, de lo contrario oponía resistencia) y escucharon esa cantaleta que se lee antes de que se recite el evangelio: “en aquel tiempo como en todos los tiempos…”

Lo anterior nos indica que las cosas se siguen y se seguirán repitiendo hasta que el ser humano deje de habitar este planeta (vaya manera tan elegante de pendejearnos). Del mismo modo, el gran Yuri Herrera plantea su historia dentro de un supuesto reino. Aunque creo que la mejor forma de comprenderlo es tomar como ejemplo lo que sucedió con la mafia en Italia.

En algún lugar leí que ciertos grupos criminales italianos (llámese Cosa Nostra, ‘Ndrangheta, Camorra y anexas) se edificaron de la manera en la que estaba constituido el ejército en la antigua Roma.

En la actualidad su estructura es la siguiente:

Don o Boss: Jefe de la familia.

Sottocapo: Subjefe que sustituye al Don si está incapacitado.

Consiglieri: Consejero del Don. Lo asesora en decisiones importantes.

Caporegime: Superior al Capodecime.

Capodecime: Dirige a una decena de hombres.

Soldado: Funge como sicario.

Capo de tutti capi: El mayor rango que puede haber dentro de la organización.

En el libro de Yuri Herrera nos encontramos con que hay un rey todo poderoso, un heredero, licenciados, brujas, joyeros, doctores, gestores, bufones, matones, amantes, andantes, musicantes, actrices, meretrices y cuanta porquería pueda entrar en un castillo. Digamos que hay un orden jerárquico como en las antiguas monarquías (increíble que a estas alturas en España aún exista la figura del rey, aparte de todo es intocable e inservible: ¡chale!)

Vayamos a la novela: todo inicia con el protagonista de la historia: un músico que es abandonado con un instrumento musical como único sustento. El autor escribe lo siguiente:

Un día su padre le puso un acordeón en las manos, fríamente como la indicación para destrabar una puerta, le enseñó a combinar los botones de la derecha con los bajos de la izquierda, y cómo el fuelle suelta y aprieta el aire para colorear los sonidos. –Y abrácelo bien –le dijo–, que esté es su pan. Al otro día, su padre, se fue al otro lado.

Resulta que El Artista tiene un talento natural para componer canciones. El abandono y tanta soledad lo orillaron a refugiarse en la música: A Lobo las palabras se le fueron acumulando en los labios y luego en las manos. Tuvo escuela fugaz, en la que entrevió la armonía de las letras y el compás que las ataba y las dispersaba…Y en un momento determinado se ve orillado a ofrecer rimas a cambio de lástima y centavos.

Cierto día conoce al Rey en una cantina. Después de ese encuentro emprende una búsqueda para acercarse al reino y consigue no sólo colarse, sino ser parte de la corte real. Y he aquí que llega la tragedia: se enamora de quien no debe (¡bravo!) y desde ese momento El Artista corre el riesgo de morir en cualquier instante.

Lo más sorprendente de este asunto es el lenguaje que el gran Yuri utiliza. Tiene una prosa ex-tra-or-di-na-ria. Tan grande como una catedral.

Continuando con la trama: resulta que el Rey tiene un problemita que… mmmm… ¿cómo les digo?, baste con que sepan que justo al principio de la novela mata a un cabrón por andarse riendo de su problemita.

En todo este lío aparece una bruja, una cualquiera que es hija de la bruja, un grupo rival que quiere adueñarse de la plaza, un periodista, un heredero, un gringo, algunos cadáveres regados por aquí y por allá. Y para redondearle las esquinas a todo este embrollo, un compositor de corridos (nuestro protagonista) que por una canción hace emputar al Rey y están a dos minutos de cortarle el rabo, las orejas y los wi-fis.

El tema es que El Artista logra escapar, con la leidi de la que no tenía que enamorarse, de tal suerte que si lo encuentran nalgas le van a faltar para la chinga que le van a poner. Ahora bien, y para darle un final a este asunto, les haré una pregunta: ¿quieren saber en qué termina el libro?, es muy simple, compren la novela y se habrán de enterar. Les aseguro que no se van a arrepentir.

Por otra parte, tenía pensado hablarles del asunto este de los aranceles, de los narcos de acá que se mandaron pa’lla,de Trump y la Sheinbaum, de Trump y el Presidente de Ucrania, del fentanilo, de las deportaciones, de los microbuseros, del dólar, de la feria de Cepillín donde me encontré un lindo piano, de lo que opinan los extranjeros de las gorditas de chicharrón, de las megamarchas, del robo de autopartes y de aquel fatídico viernes que salí por unos tacos a las 8 de la noche y regresé a mi casa ahogado a las 7 am. Todo por haber tenido la ingenua ocurrencia de llamarle a Iñaki por teléfono para saludarlo.

Aunque la verdad creo que por hoy es mejor que le pare aquí a mi desmadre. Se me portan bien, no quiero quejas.

Cualquier duda o sugerencia sobre esta columna llena de libros, con novelas cuyo final se queda en suspenso, favor de enviarnos sus comentarios, despampanante damita, sensacional caballero.


Gabriel Duarte. Ciudad de México 1972. Es Licenciado en Mercadotecnia por la Universidad Tecnológica de México. Estudió literatura en SOGEM. Está por publicar su primera novela.


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