Los estudiantes de ayer y los de hoy: 52 años de Tlatelolco
Hacemos memoria del 2 de octubre en Tlatelolco a través del presente- ¿Cómo se ve a 52 años la represión estudiantil? Alumnos de bachillerato nos dan su opinión.
Hacemos memoria del 2 de octubre en Tlatelolco a través del presente- ¿Cómo se ve a 52 años la represión estudiantil? Alumnos de bachillerato nos dan su opinión.
Por Luis J. L. Chigo (@NoSoyChigo) y Óscar Alarcón (@metaoscar)
*Con la colaboración de alumnos de la Preparatoria Emiliano Zapata BUAP y Centro de Estudios Puebla
Puebla, México, 02 de octubre de 2020 [04:03 GMT-5] (Neotraba)
Hoy se cumplen 52 años del 2 de octubre, que tuvo como referente el movimiento estudiantil de 1968 en todo el mundo. Es imposible no tomar como base lo ocurrido en el mayo parisino de aquel año, pues las protestas de los estudiantes poco a poco se fueron extendiendo por varios países.
En México ocurrieron acontecimientos violentos. Podemos señalar dos —aunque no fueron los únicos—: la madrugada del 30 de julio un grupo de militares destruyó de un bazucazo la puerta de la Escuela Nacional Preparatoria, ubicada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Y el más significativo: la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en contra de estudiantes principalmente de la UNAM y el Politécnico Nacional.
El 2 de octubre de 1968 es una fecha significativa para los mexicanos y más para los estudiantes. En este 2020, año en el que atravesamos por una pandemia, es conveniente hacer una reflexión sobre lo ocurrido y lo que esos movimientos representan para los jóvenes actualmente.
Los reclamos sociales han variado de aquel año hasta el día de hoy: movimientos feministas cobran un lugar protagónico en las manifestaciones, una sociedad equitativa, que reconozca el derecho a decidir sobre el derecho a abortar y otros temas se encuentran en la agenda pública. Dichos temas parecen ser ignorados por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Les preguntamos a un grupo de estudiantes de Educación Media Superior qué les representa el 2 de octubre de 1968 y esto fue lo que nos respondieron:
2 de octubre, ciertamente es algo que el pueblo mexicano nunca podrá perdonar y que el gobierno nunca tendrá que olvidar, porque ese día prefirieron quitar los anhelos, los deseos, el futuro, las risas, los llantos de todos esos jóvenes que luchaban por la opresión que el gobierno ejercía hacia ellos, todo esto porque querían que México pareciera un país de paz, resplandeciendo lo satisfechos que estaban los mexicanos, la idea era quedar bien ante el ojo del mundo, por las dichosas olimpiadas, que traerían gloria y orgullo al país.
Para un estudiante cada vez que se habla de la matanza de Tlatelolco, hace que la sangre hierva, por la impunidad que hubo en aquellos años. La sangre echó raíces y ahora ha creado generaciones que siguen luchando por sus derechos, sus necesidades, su paz, su seguridad y esta vez luchar por los sueños en vez de por la vida, porque esta vez los estudiantes de esta generación somos la voz de los que ya no la tienen.
—Denise Cordero
“2 de octubre, no se olvida”. Año con año escuchaba y repetía esa frase; parada en el patio de la escuela. Junto a mis compañeros, guardábamos un minuto de silencio y oíamos la misma remembranza, algo protocolario, ni siquiera cerca de la magnitud de lo que debía representar. Cuando quise cambiar al mundo, cambiar a México, empecé a comprenderlo; lo que dicha represión fue, la forma en que la sangre en la Plaza de Tlatelolco nunca podrá ser lavada. El 2 de octubre dejó de ser una de las tantas efemérides que oía cuando me vi en esos estudiantes, cuando vi a mis compañeros y amigos en ellos, llenos de sueños y de fe y con tanto que hacer y dar. Para mí, ese día es el dolor de un país sangrante y un recordatorio de la arbitrariedad con la que se silencian cientos de voces por ser inconvenientes, algo que no podemos ni debemos permitir.
—Nicole Abigail Schiaffini Ruiz
Representa la crueldad, la crueldad a tal grado que los altos mandos simplemente se deshacen de lo que no quieren escuchar; pero al mismo tiempo representa orgullo, valentía y libertad, los estudiantes decidieron hacer algo con la situación de ese entonces, y lo vemos reflejado en la actualidad también: es genial que nos llamen la generación de cristal.
—Duilio D. Rivera
Para mí este suceso representa el coraje, la valentía y el espíritu libre y combativo de la juventud. Representa revolución. Es un recordatorio constante de que la lucha sigue, la búsqueda de nuestros derechos continua en pie, y el sentimiento de rebeldía nos dará la justicia que hemos buscado. El ‘68 no ha envejecido, es más joven que nunca.
—Jatziri Jiménez Magaña
El 2 de octubre de 1968 para mí representa una fecha que me hace sentir un coraje inmenso y a la vez una gran impotencia ya que lo que sucedió fue una verdadera injusticia; el hecho de por qué dio esa orden el presidente me hace sentir una gran ira, pero más coraje me da lo que mandó a hacer. Así mismo siento impotencia porque considero que yo no hago algo para que todo lo que pasó sea recordado ya que tener conciencia de lo que pasó y cómo pasó es algo muy importante debido a que, de alguna manera, el no olvidar o recordar es no morir o no morir por nada. Desde la humilde opinión de está estudiante de preparatoria, el hecho de recordar y hacer algo al respecto por mínimo que sea es importante ya que de esa manera estaríamos haciendo que las muertes de todos los inocentes a los que asesinaron sean recordadas como personas que murieron exigiendo de una manera pacífica sus derechos ante un gobierno que no quiso o hizo el mínimo esfuerzo de buscar una solución justa para todos.
—Pilar Ariza
Cada 2 de octubre es un recordatorio de que la lucha sigue, de que debemos llenarnos de coraje para alzar la voz, por todos los que no llegaron y porque todos lleguemos a cumplir nuestros sueños. Con la advertencia implícita de “la policía no me cuida, me cuidan mis compañeros”, porque tanto en 1968, en 2014 o en 2020, lo que más nos preocupa es lo que la policía nos pueda hacer durante esta lucha.
Y duele, decepciona y entristece, pero hay que convertir lo malo en fuerza para luchar, exigir y gritar por justicia, la revolución continúa y no nos detendremos hasta ganarla.
—Aurora Delgado Gaytán
A 52 años del 2 de octubre ser estudiante sigue siendo un peligro, opinar es perseguido y luchar por algo nos parece suicida. El 2 de octubre de 1968 dejó algo en la sociedad mexicana, una afirmación de que la impunidad siempre estará en contra de quienes buscan luchar por su libertad, pues cuando le es arrebatada la vida a un joven el peso de la pérdida cae sobre la sociedad que no pudo proteger a su única esperanza de cambio.
México es un país cuya riqueza recae en las personas que luchan continuamente por su amor a él, pero siempre se han visto atrapadas en una violencia sistémica respaldada un gobierno corrupto y opresor, el 2 de octubre nos duele tanto porque nos recuerda el poco valor que tiene la vida de la gente noble cuando se cruza con los intereses del poder.
Este día no sólo recordamos la muerte, la impunidad y la pólvora, también es un llamado a la lucha, a esa lucha por la libertad que nos llama desesperadamente y nos pide que no nos rindamos. Como estudiantes es nuestro deber velar por el futuro de este mundo y por la vida de todos los que lo habitan, pues por nuestra raza hablaremos todos.
—Elías Morales González
México –como una buena película– se compone de imágenes, del contexto que se transmite en su significado y el accidente que resulta del análisis continúo. El dos de octubre –este y no otro– es eso, una imagen que hay que tener presente como objeto de análisis.
Resultaría tonto decir que nuestra generación puede sentir lo mismo que aquellos que lo vivieron, porque nuestra experiencia no es la misma, ni en fondos ni formas; nuestra protesta no es la suya, pero nuestra voz si ha sido la de ellos. Nuestra tarea, como nuevas filas del cambio futuro, es retomar todas las imágenes que nos preceden y concebirse como un punto de partida, pero no un fin del estudio analítico.
—Juan Jesús Jiménez
El 2 de octubre es el recuerdo año con año desde 1968 de que México no ha evolucionado desde entonces y lo mucho que le falta por recorrer para erradicar completamente la opresión a la que estamos sometidos a pesar de ya no tener un gobierno “autoritario”, otros derechos básicos como la vida digna no se nos respeta ni se nos garantiza, sin embargo, aunque duele, también inspira. A mí como estudiante me inspira porque sé que en mis manos está el modificar mi realidad pues no soy muy diferente a los jóvenes que participaron en el movimiento estudiantil de hace 52 años, así como ellos, pareciera que mi generación sólo está formada de jóvenes revoltosos ante los más grandes y que somos unos exagerados porque a los ojos de otras generaciones todo “está bien”, pero también es cierto que estaban hambrientos por un cambio y yo, junto con mi generación, también lo estamos.
—Génesis Tlatoa
Ese día quedará recordado en todo México, no sólo por las brutalidades que le puede hacer el gobierno a su pueblo, si no también por las pérdidas humanas que hasta hoy en día seguimos lamentando.
Representa además un movimiento dirigido por estudiantes, donde se contaba con el respaldo de amas de casa, obreros, padres de familia; donde el pueblo intentó luchar como uno. La exigencia de una vida digna y justa además de una lucha contra el autoritarismo, terminó de una manera sangrienta. ¿Qué ganaron? Plomo, amenazas, abusos, ser tratados como delincuentes.
Para mí ese día, representa un día trágico, donde a adolescentes que podrían ser mis compañeros, con el deseo de cambiar a México, se les negó la palabra. Ese día representa a guerreros.
Guerreros que intentaron luchar, levantarse y hacer algo; que fueron esperados en sus casas, anhelando su regreso; que dejaron de hablar, de sentir, de luchar, de vivir y con la exigencia de justicia de por medio y al día de hoy no realizada. Asesinados por aquellos que deberían defender al pueblo, no cumplieron ese objetivo; regidos por alguien más poderoso, que sólo se lavó las manos y se dio la vuelta. Un día que inició con una marcha pero terminó con una enorme mancha de sangre, y que jamás será borrada de nuestra historia.
—Abigail Coba
El 2 de octubre fue una fecha significativa para la historia de la nación mexicana y que al día de hoy sigue sin comprenderse con total claridad. Incluso 52 años después de los acontecimientos los cabos siguen sueltos y realmente me es difícil dar una opinión sobre lo que representa aquella fecha.
Sin embargo, a mi parecer, nos muestra algo a lo que estamos ya muy acostumbrados: a la pugna del pueblo por exigir sus derechos. Se destaca del movimiento la brutalidad con la que fueron reprimidos, la violencia usada y que se repitió cuando ellos tan sólo hacían una marcha para manifestarse.
Realmente no sé a qué punto se debe llegar para que un país deje de lado la libertad de expresión de su nación —en este caso, por unos juegos. Representa para mi persona esta fecha lo que más se le puede valorar a este país: la lucha por los derechos. Que si bien puede perpetuarse el abuso, jamás, jamás dejaremos que opriman nuestros derechos. Para mí eso representa esta fecha que quedará plasmada por la posteridad.
—Francisco Velázquez