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Gabriela Roman foto tomada de: http://h.canalsonora.com/wp-content/uploads/2017/02/Gabriela-Roman-500x750.jpeg
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Por Carlos Sánchez (Mambo Rock)

 

Las miradas dispuestas. Atesorar la exposición de lo que se instruye.

Los oídos siempre alertas. Para que no se escape nada, para que todo quede como un camino de aprendizaje. Para después fluir en la construcción de la estética de una obra dramática.

Escribir para público joven en tiempos de turbulencia, es el título del taller de dramaturgia que la escritora Gabriela Román imparte en Casa de la Cultura de Sonora.

La organización del taller es desde la Secretaría de Cultura a través del programa Creadores en los Estados y del Instituto Sonorense de Cultura, en el marco del Programa Nacional de Teatro Escolar Sonora 2016-2017.

Cuando el tiempo concede una tregua en el curso de sus instrucciones, conversamos con la maestra:

Carlos Sánchez. Gabriela, ¿cuál es el objetivo de este taller?

Gabriela Román. El objetivo es tener las herramientas básicas para escribir un espectáculo para niños y jóvenes; nos interesa ver si podemos llegar a generar una escaleta básica que nos servirá para una obra de teatro.

CS. ¿Cuáles son las dinámicas que se desarrollan?

GR. Tenemos una base teórica general de ver lo más básico sobre dramaturgia y escritura y estaremos creando varios ejercicios alrededor de la generación de personajes, de temas importantes, interesantes.

CS. Cómo dramaturga, ¿por qué eliges para tus obras este público joven?

GR. Porque me parece un reto. La primera obra que escribí fue para niños porque me parece que es un público exigente, nada condescendiente, con el que tienes que tener cuidado de principio a fin. Me interesaba mucho el reto, esto por un lado y por otro lado, porque el niño es el espectador del futuro y si uno no genera público desde chavitos, está complicado atraer a un adulto al teatro.

CS. ¿Desde cuándo escribes y cómo fue tu encuentro con la dramaturgia?

GRGolondrinas, que ahora está en el Programa de Teatro Escolar, la escribí por el 2010, el primer borrador y retrabajé por el 2012, y fue el primer texto que generé.

 

Tenía la inquietud de dirigir una obra, porque soy directora de formación y quería dirigir un texto para niños, y ninguno me llamaba mucho la atención. Tenía el interés de hablar de migración, así que decidí escribir.

 

CS. ¿Qué representa para ti venir a Hermosillo en este contexto de la impartición del taller, pero donde además se está presentando Golondrinas?

GR. Estoy feliz, tenía muchas ganas de ver la obra, ver cómo funcionaba con el público, porque es el primer montaje que hacen del texto y me parecía muy importante compartir en Hermosillo, un poquito de lo que he escrito para niños y adolescentes.

CS. ¿Y qué te pareció el montaje que hace la compañía de teatro Café con Leche Producciones?

GR. Muy bien. Me sorprenden las lecturas que han dado al texto. También me sorprende que siendo un tema difícil, el público lo recibe bien, con sus altibajos, porque es un público complejo, pero me parece que es una buena recepción de un tema complicado como lo es la migración infantil.

CS. ¿Podrías darle una sinopsis de Golondrinas, a nuestros lectores?

 

Son tres niños que están cruzando México, de sur a norte, en búsqueda de mejores oportunidades. Uno busca a su papá, otro busca a su mamá y otro busca trabajar y estudiar al mismo tiempo. A lo largo de ese recorrido se encuentran con problemas, peripecias, que tiene que ir afrontando para llegar hasta el fin.

 

CS. ¿De qué elementos te nutres para construir una obra de teatro?

GR. Leo mucho y no solo dramaturgia sino novela, poesía, también investigo mucho, sobre todo cuando se trata de temas por ejemplo como la migración; estar al tanto de cuáles son los caminos que siguen normalmente los migrantes, leer un poco de noticias, recabar ese tipo de material y también me sirven mucho otras artes, principalmente el cine que está dirigido a niños, y otro tipo de artes, como artes plásticas, que ayudan después a nutrir lo que se verá en escena.

CS. Estamos en tiempos de turbulencia a nivel mundial, ¿el arte puede ser un antídoto contra la violencia?

 

No sé si antídoto, pero por lo menos sí como un remanso que ayuda de menos a pensar en otras cosas que no sean las turbulencias que te rodean. Yo sí creo que ayuda a generar otras formas de pensar y de sentir, que no son tan individuales, tan limitadas, sino que te ayudan a pensar un poco más en el otro.

 

CS. ¿Qué sensaciones te ocurren cuando estás viendo a tus personajes en el escenario?

GR. Es una experiencia compleja, es como de mamá orgullosa de ver a sus hijos y sobre todo de sorpresa, porque por más que tú te imagines una obra y trates de transmitir esa forma de montarse, siempre los directores tienen otra visión y al menos creo que en general siempre han sido gratas las sorpresas.

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