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Por Isis Samaniego

Puebla, México, 30 de mayo de 2022 [00:01 GMT-5] (Slow Food)

Muy bien recuerdo cuando me dieron a probar un fruto de color amarillento y consistencia pastosa y muy dulce, claro que lo recuerdo porque con sólo escuchar “es caca de niño” se me quitó el gusto…

He de confesar que jamás lo volví a probar y menos a ver; cuando eres niño o adolescente te imaginas que los mercados y las mamás son como parte de alguna logia secreta y entre ellas surge un lazo que une a las vendedoras de frutas, granos y verduras con una casa y su familia. Como toda ama de casa que se respete, mi abuela tenía sus marchantas favoritas, gente que venía de los pueblos aledaños a vender sus cosechas, o de pronto flores y frutos de estación que se daban en sus parcelas y solares, desde aguacates en todos sus tamaños hasta quelites y yerbas de olor que yo ni me enteraba para qué servían, pero eso sí, como decía mamá Angelita, me las comía con mucho entusiasmo.

Pasaron muchos años desde mi encuentro azaroso de infancia para volver a encontrarme con este fruto de color llamativo y piel suave, reconocí su textura y, ahora ya sin problemas de melindres, le di gusto al gusto con otros ojos y otro paladar. Un paladar tal vez más cosmopolita y fuera de todo riesgo me dije: –Pues vale, habrá que comer caca. Sí, el famoso caca de niño o zapote amarillo, también conocido en algunas regiones de Puebla como pija.

El zapote es un fruto nativo de México y Mesoamérica, su nombre viene del náhuatl Tzapotl [1] y significa fruto o fruta de un árbol y llevan la terminación ote, que es un vocablo de este idioma y que se usa en varias palabras que usamos en el habla corriente de nuestro país, como: chayote, chipote, elote, guajolote, papalote, zopilote, etc.

En esta crónica hablaremos del amarillo, también conocido como zapote borracho, perteneciente a una variedad de plantas que tienen en común el mismo nombre, aunque científicamente son distintas (zapote blanco, zapote negro, chicozapote, etc.). El zapote amarillo (Pouteria campechiana) lleva en el nombre la región de México de donde es oriundo, ahí es conocido como canistel; florece en la selva tropical y también lo encontramos en parte de Veracruz, Tabasco y Chiapas.

Es un fruto ovalado que contiene de cuatro a seis semillas brillantes de color marrón, la pulpa es de color amarillo huevo y tiene una consistencia pegajosa y dulce; el fruto se fermenta muy rápido, aún no se cosecha de forma masiva y por ello su consumo solo es local y muy poco conocido por la gente de las grandes ciudades; sin embargo algunas cocineras y cocineros han logrado elaborar con este fruto un excelente mousse de riquísimo sabor y consistencia suave para el paladar de quienes gustan de los postres.

En la imagen el postre que realizó María RN Ortiz con vainilla de la chinantla, avena, naranja agria y zapote amarillo
En la imagen el postre que realizó María RN Ortiz con vainilla de la chinantla, avena, naranja agria y zapote amarillo

Es recomendable leer algunas crónicas de indias de frailes, historiadores, naturistas y viajeros que, pisando tierra americana, se deslumbraron con la riqueza de flora y fauna hallados en el puerto de la Vera Cruz y sus alrededores; así da testimonio Don Alonso de la Mota y Escobar:

Tienen buenas frutas de la tierra; de chicozapotes, mameyes y los mejores plátanos que hay en esta tierra. Hay de esto del agro, gran cantidad e bueno, extremadas naranjas y grandes, llenas y copiosas de zumo, las más son de Agro (ácida) otras agridulces… otro árbol grande e también fortisísima madera é muy útil para donde es menester é mucho vigor y fuerza, se dice mamey e se hacen de ella para los muy grandes navíos e suelen llevar a España vigas de mucho valor para los lugares de vino y aceite; referido en el libro de Historia Natural y Moral de las Indias; año de 1590.

Recuerde amigo lector, lectora, lectore que leer historia es muy importante para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Recuperemos poco a poco el hábitat de estas flores y frutas de las que ya nos hablaban antaño nuestros abuelos, tratemos de comer alimentos ancestrales antes de que desaparezcan por el poco conocimiento que tenemos de ellos y por nuestra falta de solidaridad con los pequeños productores y sus huertos.


[1] Diccionario del Náhuatl. En el español de México. Coordinado por Carlos Montemayor; Unam/ Gobierno de la Cd. De México, Edición 2007.

Esta nota se publicó originalmente en Slow Food México:

Crónicas de Mercado: Zapote amarillo o caca de niño


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