Unas sombras en unos cuentos.
Héctor Palacios escribe una reseña sobre la antología Sombras. Cuentos de extraña imaginación, de Carlos Sánchez-Anaya Gutiérrez.
Héctor Palacios escribe una reseña sobre la antología Sombras. Cuentos de extraña imaginación, de Carlos Sánchez-Anaya Gutiérrez.
Por Héctor Palacios (@hpalacios)
Jalisco, México, 14 de octubre de 2019 (Neotraba)
Sombras es un compilado de nueve cuentos seleccionados por Carlos Sánchez-Anaya Gutiérrez. Este libro es un ejemplo claro de que la literatura de la imaginación —o de lo insólito, como también le llaman— goza de muy buena salud en México. Aunque no me hagan mucho caso con eso de los géneros y subgéneros literarios, la verdad no es lo mío identificarlos de bien a bien.
En este libro encontraremos nombres de escritoras y escritores por muchos ya conocidos, como: Raquel Castro, Alberto Chimal, Cecilia Eudave y Rodolfo JM. El hilo conductor de todos los cuentos es la sombra o las sombras, utilizadas aquí como un ente perturbador, como algo que tiene vida propia, que es parte de nosotros, y a la vez, ajeno a nuestros actos.
El proyecto abre con “Los mimos no hablan”, de José Luis Zarate, donde el misterio de las sombras puede remitirse al tamaño de un viejo portafolios. Pero… “¿A qué le tienes miedo?”, es el título de la historia escrita por Raquel Castro, donde las batallas de la vida, a las que dan la cara un par de valientes adolescentes, se vuelven sumamente oscuras y peligrosas. Por su parte, Rodolfo JM, alguien que sabe mucho sobre este tipo de historias, nos trae “El hijo del carnicero”, un cuento entrañable y fuerte a la vez, donde la vida cotidiana se dibuja y confunde entre vivos y sombras.
Por lo regular, las antologías de cuentos nos permiten descubrir escritores de los que no sabíamos, en el caso de este libro me pasó con Erika Mergruen, que escribió con muy buena prosa y gran oficio “El motín de las sombras”. Lo mismo me ocurrió con Jaime Alfonso Sandoval, a quien al parecer le va muy bien en el círculo editorial enfocado en la literatura infantil y juvenil. Su cuento, “Esa tos”, me pareció el mejor de todo el libro, cosa no tan fácil de decidir, ya que ahí están presentes los masters Alberto Chimal y Cecilia Eudave, con “Reflejos de luz negra” y “El sucesor” respectivamente. Entre estas dos historias tenemos “Hurtos”, de Andrés Acosta, donde las sombras se convierten en un botín invaluable.
He dejado al final la mención del cuento “Ocho sombras” (segundo en el libro), de Karen Chacek, porque la escritura de ella me parece maravillosa. La primera vez que la leí fue en otra antología (también muy recomendable) titulada Los viajeros. 25 años de ciencia ficción mexicana (México: Ediciones SM, 2010), donde aparece con su cuento: “La hora de las luciérnagas”. Después, en 2016, Alfaguara publicó su novela Caer es una forma de volar, también de muy buena hechura. Ahora, con “Ocho sombras” vuelve a hacer de las suyas otorgándonos una historia sobre amistad, misterio, soledad y esperanza.
No quisiera dejar de mencionar lo notorio que es el diseño del libro, tanto exterior como de interiores, pues se ve que hubo un trabajo estricto en el que se cuidó cada detalle. También, cada cuento tiene una ilustración, lo cual me pareció un plus atractivo para los y las jóvenes a los que busca llegar este libro en primer lugar. Sin duda, Sombras. Cuentos de extraña imaginación es una antología bien pensada y, afortunadamente, bien lograda.
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Sombras. Cuentos de extraña imaginación de Carlos Sánchez-Anaya Gutiérrez (antologador); Ciudad de México: Ediciones Castillo, 2015 (4ª. reimpresión: 2018); 158 pp.