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Desde el exilio en la frontera con Elisyum, 27 de noviembre de 2024 (Neotraba)

“Well we´re just people looking for a way to end the hardships, the problems of today.

We´re still thinking the way we did then and we won´t sit back and watch it happen again

Our movement starts to splinter. Our dreams go out of range.”

Extreme Noise Terror, In it for Life

A inicios de la década de los noventa del siglo pasado, con el tape trading en todo su auge, el correo postal viviendo la que para muchos jóvenes fue su última época funcional, fue para muchos –en los que me incluyo– la mejor forma de hacer amigas y conseguir nueva música. Tecleabas en una vieja máquina de escribir, si tenías esa posibilidad o si no lo hacías a mano, una lista con los tapes y vinilos que tuvieras y la hacías circular por todo el mundo. Así con listas de otras personas comenzaba el intercambio de música y amistad. Se intercambiaban ideas, se creaban redes, mucho de esto se mantiene a más de 25 años de esta práctica. Hace poco conocí en persona al editor del fanzine Mexi-Core. Alguien que influyo mucho en mis gustos musicales.

El tape trading, los penpals, fueron de cierta forma los responsables de que algunos géneros que no gozaban de la simpatía del mainstream lograran mantenerse hasta la fecha. El éxito, no comercial, pero sí de difusión, de permanencia, de mantenerse vivo, produciendo se debe justo a esas redes que se formaron a finales del siglo XX, la mayoría de ellas, gracias al correo postal.

Esta fue/era la forma que los grupos, los sellos, las distribuidoras, los fanzines, algunas revistas se daban a conocer. Los penpals permitieron que muchas escenas musicales se entrelazaran en todo el mundo.

Era común ver a editores de algún fanzín, músicos o gente de sellos escribiendo reseñas sobre sus escenas para otros a nivel global. Aún recuerdo las reseñas sobre la escena mexicana que me toco leer en la Máximum Rock and Roll y la Profane Existence, esta última hecha por el buen Gonzo+ vocalista de Coprofilia, editor del fanzine Solo Muertos nos podrán Callar y un activista del punk.

Así conocí a muchas bandas que no hubiera conocido en ese momento. Muchos fanzines de México y de todo el mundo. En un intercambio con un amigo me llegó el Scum de los Napalm Death, que de plus incluía a los Unseen Terror. Ya después por la Puro Pinche Ruido que entrevistó a los ND me enteré de que los UT fueron uno de los primeros proyectos de los cientos que ha tenido Shane Embury bajista de los ingleses.

Gracias al intercambio conocí a los Disharmonic Orchestra, a los Filthy Christians. Por una entrevista que apareció en la Mexi-Core, me di a la búsqueda de la música de los 7 Minutes of Nausea. Conseguí su genial 7 nuestra cultura es aburrida. Así también conocí muchas bandas mexicanas. Una amiga de la escuela con la que edité los tres números del fanzine Agresión Verbal me paso el demo de los GPK y al sello/distribuidora/fanzine Puro Pinche Ruido le compre un demo en vivo de los Atoxxxico antes de su demo oficial.

Gracias a esta escena comencé a escribir. Hice algunas entrevistas. La última que hice fue en 1993, a inicios de los Desobediencia Civil que nunca se publicó. Fue una charla con el Chomsky en la Biblioteca Social Reconstruir. Entre las mudanzas la perdí, lástima, pues en estos momentos es un documento valioso, de una de las bandas anarko-punk más populares en la escena. Cryptas me regaló mi primer demo de los Ripcord y el segundo que tuve de los Extreme Noise Terror.

Desde ahí ya no hubo regreso. Cada vez fui consiguiendo más y más ruido. Pasé de los Anarchus a los Putrid Scum y de los Cacofonía a los Regeneración –también presentada por el Cryptas– de los Tortura Auditiva a los Constructores del Odio y del intento de una banda con amigos a la mítica Stress en mi ciudad natal. Fue un pequeño tiempo en el que estuve con ellos, cantando una sola vez, aunque puedo presumir que esta primera tocada fue en el LUCC junto a los Atoxxxico, Psicodencia y las Gilgamesh.

Todo esto justo antes del amanecer zapatista y que mi activismo me llevara por otros rumbos. Eso sí, siempre con el grindcore, el noisecore, el hardcore y el primigenio crust en mis walkmans. Esta escena me llevó del fin de la música al inicio de las ideas. El anarquismo, las resistencias, los movimientos, para mí en un inicio –y podría decir que sigue siendo así– estuvieron musicalizados por estos géneros, que se han ido mezclando con algunos nuevos, más cercanos a quien soy en estos momentos. Desde el Hardcore hasta al Country Alternativo, el Folk la música sigue siendo importante.

Regresando al tape trading, al correo postal estos fueron vitales para que la escena se difundiera alrededor del mundo sin perder su postura crítica, manteniendo el sentimiento del Hazlo tú Mismo, tan necesaria para hablar de autonomía, sin perder la colectividad, la solidaridad, el sentimiento profundamente anticapitalista, aunque no siempre este en su discurso.

Aunque algunas de las bandas dieron el salto a las grandes ligas –Napalm Death, Carcass entre otras– la escena se mantiene desde la honestidad en la que nació. Aun con las nuevas tecnologías es común ver que los grupos, los sellos, los fanzines mantengan las técnicas que hace años pusieron en marcha para darse a conocer. Aún existen los casetes, los vinilos, los fanzines impresos en fotocopias, riso gráficas u offset como lo más profesional. La edición de música se mantiene como algo colectivo, muchos sellos colaborando para publicar un disco, un demo, un CD. Este sentimiento sigue aquí.


Jorge Tadeo. Imagen tomada sin permiso de su cuenta de FB

Jorge Tadeo Vargas. Sobreviviente de Ankh-Morpork, activista, escritor, traductor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena.

Desde hace años construye una caja de herramientas para sobrevivir.

A veces viaja a Mundodisco.


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