Una auténtica máquina del tiempo: The Clues.
Antes de partir a Canadá, entrevistamos a The Clues, banda de rock funk poblana. La banda persigue la autenticidad en una ciudad cerrada a ello. ¡Funk en Puebla!
Antes de partir a Canadá, entrevistamos a The Clues, banda de rock funk poblana. La banda persigue la autenticidad en una ciudad cerrada a ello. ¡Funk en Puebla!
Por Óscar Alarcón (@metaoscar) / Luis J. L. Chigo
Fotos de Estela Hernández y Alexis Salinas
Puebla, México, 22 de marzo de 2020 (Neotraba)
La mitad del archivo fotográfico sufrió corrupción. Los retratos y la foto grupal quedarán fuera por un error tecnológico. Muchas veces, confiar ciegamente en el presente nos devuelve un revés y nos manda a la lona. La música de The Clues precisamente invita a apoyar los pies un poco más atrás. No como retroceso, sino como aliento que permita hablar con mucha más fuerza.
Órganos, amplificadores de bulbo, guitarras con pedales. Funk. La propuesta es novedosa precisamente por rescatar la herencia del siglo pasado, contrastándola con lo contemporáneo. Música con público de todas las edades; para compartir o para escuchar en soledad; para únicamente presenciar o ponerse a bailar. La versatilidad es el sello, como si viajáramos en una máquina del tiempo.
Para no errar, entrevistamos a The Clues en el mismo café donde charlamos con La Trola. Algo indica que ese espacio va a presenciar muchas de nuestras pláticas musicales. Además, esta fue la primera vez que trabajamos como un solo equipo con los fotógrafos y diseñadores Estela Hernández y Alexis Salinas. Ese día le dieron el sí a Neotraba y esperamos sea por mucho tiempo.
En el presskit de The Clues podemos enterarnos de sus orígenes cholultecas y del primer EP homónimo de la banda. En las fotos podemos apreciar a Yoy vistiendo pantalones blancos acampanados y a Alexis con camisas de mangas anchas y con motivos psicodélicos. Su imagen remite mucho a The Beatles en su última etapa o a los inicios de Yes y Pink Floyd.
Personalmente, jamás imaginé que, al menos en Puebla, el suceso pudiera ser posible. Una sociedad como la nuestra, criticada por su poca apertura a la diferencia, se muestra renuente a aceptar que el oído se puede explotar de múltiples formas.
No exagero. Desde mi cuarto de INFONAVIT es común ver las ventanas temblar con alguna canción de cumbia sonidera o con Juan Gabriel. De vez en cuando y en la lejanía se asoman los Doors, el último suspiro de quienes se niegan a aceptar la derrota de la rebeldía juvenil. Paradójico para la única ciudad de México donde tocó Queen.
Y entonces nos lanzamos. Con algo de progresivo, con alma de rock, totalmente funk. Pertenecen a mi generación, parecen de mi edad. Claro que debíamos entrevistar a The Clues, antes de que partieran a Canadá. Esta fue su última entrevista en territorio nacional.
The Clues presentarían en vivo las canciones de Animal Delusion, su nuevo disco que pronto se podrá escuchar en plataformas digitales. La cita sería en el Teatro Municipal Cholula este sábado 21 de marzo de 2020 a las 18:00 horas. Sin embargo, debido a las restricciones ocasionadas por el Covid-19 el concierto se canceló.
Óscar Alarcón. Descubrimos una multiplicidad de estilos en el material que saldrá pronto a la luz, que lejos de generar un defecto hace más versátil a la banda, pero ¿cuál sería el ritmo que ustedes sienten que le va mejor a The Clues?
Yoy Arrollo. Hemos cambiado un buen desde que empezamos, éramos más apegados a los ’60. Se notaba mucho esa influencia, un poco más psicodélicos. En este disco metimos un poco más de funk. Creo que nos sentimos muy cómodos tocándolo. Si se pudiera hacer un funk-rock, un poco más bailable de lo que estábamos haciendo antes, creo que nos vendría bien. Nos gusta explorar en muchos géneros musicales.
Diego Borja. La mezcla de funk-rock es lo que más nos está agarrando ahorita, no nos hemos metido tanto con el blues. Siento que nuestro interés va por algo más bailable, más alegre, más sabroso, nos faltan por explorar muchos otros ritmos.
Alexis R. Stone. En el extranjero es distinto. El hecho de estar en otro país nos va a ayudar a cambiar la perspectiva que tenemos. Estoy de acuerdo que es el funk-rock, pero en el extranjero nos podemos adaptar.
ÓA. Ustedes son muy jóvenes, ¿al rescatar ritmos que les quedan alejados temporalmente, qué es lo que buscan?
Alexis. Vamos a hacer 12 años como banda. Cuando empezamos con los covers eran de bandas de los ’60, ’70, nuestra idea fue rescatar esa esencia, el poder que tenían las baterías, los solos de guitarra, los solos de órgano, la pureza de instrumentos. Con muchos aparatos de sonido actuales puedes hacer infinidad de ritmos, pero nosotros creemos que pierde algo de lo orgánico de la música. Para nosotros siempre es importante que si vas a hacer un solo de guitarra sea con una guitarra conectada al amplificador, si es una batería, que sea una batería acústica. Rescatar esto para que se empiecen a motivar los que están más chavos que nosotros.
Al momento de aprender a tocar un instrumento, lo primero que aprendes por lo regular es a tocar la guitarra, el teclado. No empiezas a tocar un sintetizador o algo más electrónico. Creo que hay que rescatar esa esencia porque a partir de los instrumentos se crea música muy interesante.
Diego. Creo que también es porque valoramos y apreciamos la creación musical –como dice, orgánica– y es muy importante rescatar la música de cuando los músicos hacían todo el trabajo de la fabricación de la música desde cero, todo el trabajo creativo: desde dominar su instrumento hasta aportar ideas como grupo.
Tenemos muchos ritmos que están basados en música de esos tiempos, antes ibas a ver a una orquesta completa tocando, veías a las bandas de funk –que eran 10 o 12 personas en el escenario. Era todo un show porque estaban los metales, coristas, bailarines, todas las percusiones.
Creo que eso es algo que valoramos, queremos que la música se mantenga apegada a esa creación musical, con un instrumento y un esfuerzo humano reales. No tanto como lo sedentario, como la música se ha vuelto hoy en día, en donde es una persona a través de un medio digital, con la tecnología pero ya no existe esa creatividad en conjunto y el contacto con los instrumentos reales.
Yoy. Creo que por las influencias que tomamos, desde chicos siempre hemos escuchado ese tipo de música. El rock se me hace un género muy neutral porque no es ni tan fresa como el jazz ni tan simple como otras cosas. Es muy mezclable con muchas cosas, puede haber una infinidad de subgéneros dentro del rock que puede mezclarlos: hasta el reggae, música oriental, se puede experimentar mucho y al mismo tiempo es digerible.
Creo que mucha gente joven de esta generación lo puede disfrutar de la misma manera que nosotros, sin embargo no tienen esas ganas de descubrirlo. Quizá si salen más bandas de ese tipo podrían volver a llamar la atención.
ÓA. Sin que suene despectivo, me parece que el sonido de The Clues es sucio con toda la intención, ¿de dónde se nutre ese sonido dirty?
Roberto Reyero. Del rock. En general ha sido nuestras bases, los solos cochinotes de Yoy. Siempre se han hecho en ese estilo, el rock siempre se ha hecho de esa manera, desde siempre. Nos enfocamos más en composiciones y hacer canciones bien hechas pero con las características únicas del rock, básicamente estamos haciendo lo que nos gusta, lo que escuchamos que nos gusta y lo traemos nuevamente.
Alexis. En lo sucio podría decir que lo somos, usamos guitarras con distorsión un poco más subida de nivel, los órganos, el bajo tienen más saturación. Creo que les da un toque –no quiero decir original porque bandas anteriores a nosotros lo han hecho– que es parte de la esencia que queremos rescatar. Rescatamos diferentes puntos de las bandas que nos gustan, por ejemplo Led Zepellin, que no vamos a dejar de hacer.
Luis J. L. Chigo. En sus canciones hay una tendencia hacia el progresivo, hay una creación musical pero también mete la tecnología, el sintetizador. Si mal no recuerdo son The Beatles, y ahora que dijiste Led Zepellin, ¿qué tan cerca están de la fuerza del sintetizador para la creación de lo musical?
Alexis. A veces nos comentan “¡Ah!, suena bien padre el sinte”, pero no es sinte, es un órgano antiguo que teníamos y como no están tan acostumbrados a escuchar ese tipo de instrumentos piensan que es un sinte.
No es que despreciemos ese tipo de instrumentos, es bueno experimentar, de hecho teníamos algunas ideas para este disco, de meter sonidos que fueran mucho más de sintes pero la esencia es la misma.
LJLC. Ponía este parámetro porque si hablamos de Yes o de Pink Floyd, ¿qué es lo que rescatan ustedes para llevarlo a su música en cuanto elementos técnicos?
Yoy. Creo que se rescata mucho con los instrumentos que usamos, los pedales y el órgano.
Alexis. El primer órgano que usamos era de los ’60 y tiene un sonido muy particular, lo escuchas y sabes que no es un teclado actual, que tiene unos sonidos parecidos. De repente le metíamos pedales de guitarra para darle efectos al órgano y que dé un sonido distinto; en las guitarras los efectos como el deley.
Yoy. Usamos amplificadores de bulbos. Normalmente en producciones grandes usan amplificadores de bulbos, pero hay cierto grado de saturación de los bulbos para que suenen de esa manera, como vintage, porque igual y pueden sonar un poco más contemporáneos pero tratamos de que suenen más como a esa época.
Igual la batería con la que hemos grabado es del ’60, casi casi esa parte la tenemos muy impregnada en nosotros y aunque tratemos de hacer cosas nuevas siempre va a estar nuestro estilo pegado a eso y ya es involuntario que pueda sonar un poquito vintage.
LJLC. Hay un boom de escuchar música vintage, en baja calidad. Hay canales de YouTube que reproducen videos con música en baja calidad porque ese es el chiste, ¿cómo reciben ustedes este tipo de innovaciones, que no lo son tanto?
Diego. Creo que las modas son cíclicas, es una remembranza, todos tenemos un grado de nostalgia y en ese afán es que estamos buscando acercarnos a lo original, a la fuente de las cosas, por eso nos vamos acercando a escuchar la música como era antes o a las grabaciones originales o a los instrumentos originales, con los aspectos técnicos de antes. Para nosotros es muy importante eso porque la inspiración e influencia son de ese tipo de música.
Regresando a la pregunta del sonido sucio, es muy importante mencionar que la música nos sale así porque tiene mucho que ver con la intensidad y la potencia que proyectamos al hacerla.
Por ejemplo, a mí me gusta la voz de Yoy, tiene una voz aguardientosa, me agrada, queda muy chida para ciertas rolas. Llevo muchos años cantando y me gusta llevar mis capacidades al límite, gritar, es un desfogue de muchas situaciones y ahí expresas muchas cosas que cargas y que no puedes liberar de otra manera. Nosotros liberamos mucha intensidad al hacer nuestra música y por eso se crea ese sonido potente y sucio, es algo inevitable.
Alexis. Este nuevo disco, que todavía no lo hemos presentado, puede sonar no tan sucio por la versatilidad que hay entre los ritmos, pero en comparación con los que hemos sacado anteriormente sí tienen este tipo de características.
El hecho de que a la gente le guste lo sucio nos motiva a no dejarlo, no empezar a hacer cosas más dulces que a lo mejor nos van a cambiar nuestro modo.
ÓA. Hay una tradición en el rock, en el soul y en el funk con los metales, ¿en algún momento han sentido alguna necesidad de llevar los metales a una música mucho más tropicalizada?
Yoy. Lo que nosotros tratamos de priorizar es una composición más enfocada a la melodía y sobre eso metemos el arreglo. Siempre lo hemos hecho así, queríamos meter un acordeón pero ya no pudimos.
Teníamos ideas que, para el presupuesto que normalmente manejamos, no nos dieron tiempo pero logramos meter un sax –iban a ser trompeta y sax pero éste terminó haciendo las dos voces.
Alexis. Tienes razón, meter tantos metales te puede cambiar de género. En nuestro disco War Child nos pasó, estábamos grabando una canción a la que le quisimos meter metales y no sé si no supimos explicar lo que queríamos. Cuando tú invitas a tocar a alguien lo hará como normalmente lo hace, entonces esa canción parecía ska, fue algo que no nos gustó y lo redujimos a lo mínimo.
Yoy. No tiene nada de malo el ska, simplemente no lo necesitaba la canción.
Roberto. Depende de la manera en la que lo toques, en una big band hay metales, en una de ska también, pero no suenan iguales.
Diego. Depende mucho del trasfondo de cada uno de los músicos –como ahora que quisimos meter metales en una de las canciones– para plasmar lo que finalmente queda en la grabación, aunque estén tocando la misma nota la interpretación es diferente.
LJLC. En el extranjero tienen la idea de que si eres latino vas a llegar a tocar ska con trompetas o salsa, ¿qué planean llevar a Canadá?
Alexis. Por cuestiones de equipaje cada uno va a llevar su propio instrumento. Entonces no nos da para llevarnos a otros cinco músicos de metales. Nos vamos a llevar la esencia pura, que es el rock.
ÓA. ¿Ustedes consideran que el rock va a permanecer otro tiempo más?
Yoy. Yo creo que sí porque es una ideología, una forma de vivir concreta que engloba muchas actitudes. Gracias a cómo surgió es que está relacionado a los jóvenes, se sienten identificados con ese tipo de actitud, con esa forma de expresarse.
Alexis. Muchas veces funcionó como una forma de protesta. Sabemos que somos los jóvenes los que estamos más inmersos en las temáticas sociales y como comentan, el rock no solo es música, abarca temas sociales, económicos, artísticos. Nosotros lo hemos sabido manejar, no es que nuestras letras sean las que protestan más.
ÓA. Pero, ¿no pierde vigencia el rock frente a otro tipo de música de protesta? Por ejemplo, frente al reguetón.
Alexis. Lo que planteamos nosotros es recuperar este campo que al rock and roll le están quitando. Eso no significa que el campo sea exclusivo del rock, pero sí ha perdido territorio.
Yoy. Y sin afán de comparar las géneros. Si está gustando mucho el reguetón, es por algo. A veces no es tratar de convencer, sino simplemente de que nos escuchen. Depende mucho de la formación musical. No es algo que pase de moda, siempre está ahí. Necesitamos que la gente se identifique de nuevo con el rock and roll. Incluso hacer de menos a otros géneros, es algo anticuado.
Alexis. Y cuando el rock gane terreno volverán a salir los jazzistas y bluseros y así sucesivamente. Finalmente así se nutre la música.
Diego. Obedece también a la cuestión del impacto de un género en el mercado y a las situaciones sociales. El reguetón tiene campo porque tiene mayor exposición, se genera en una sociedad sexualizada. Este es el momento del libertinaje, del desenfreno. No hay intención de ser intelectuales. Se refleja en el consumo musical, la música se vuelve prefabricada cada vez más. Esto deja ver el poco esfuerzo social porque todo el trabajo mental está puesto en ganarse el pan. La única prioridad es la diversión cuando todo es el trabajo físico.
ÓA. Musicalmente hablando, ¿Puebla no les dio lo que esperaban? ¿Cuáles son las razones para emigrar a Canadá?
Alexis. Alguna vez comentamos, no de manera malinchista, que esperábamos no regresar. Significa que deseamos que nos vaya tan bien que no haya retorno. Entre mejor nos vaya, al regresar seremos capaces de dar un mejor espectáculo a la gente. Estamos muy agradecidos con Puebla y con todo el país. La cuestión es el idioma en el que hacemos la música: inglés. En un principio el destino era Nueva York. Ver cómo se da la música con público natal del idioma.
Por algo estuvimos mucho tiempo en Puebla. Al menos de nuestra generación, somos de las bandas que han permanecido. Los poblanos van a ser los primeros en tener el nuevo disco y la ciudad donde haremos nuestro concierto de despedida.
Diego. Es una cuestión natural en el crecimiento de la banda. El afán es mejorar, aprender nuevas cosas y tener nuevas experiencias. La idea es estar en otro tipo de foros e influencias e incluso de cultura y músicos.
ÓA. Dadas las condiciones en las cuales la migración se desarrolla en México, con racismo y xenofobia, ¿están conscientes de que ustedes van a ser una banda migrante y lo que tienen que enfrentar como tal?
Alexis. El hecho de tener un estatuto de migrante nos pone en una escala inferior a los músicos de allá. Sólo estando en Canadá sabremos si es benéfico o contraproducente.
Diego. También estamos apostando mucho a la población latinoamericana que reside en Canadá. En Montreal, específicamente. Estando fuera del país, será inevitable darle preferencia a la gente con la que nos identificamos. Eso sucede hasta con bandas que son de otros estados de la República y van al estado donde resides.
LJLC. Ustedes como banda, ¿para quiénes escriben, con quiénes tienen más afinidad?
Alexis. Con la tecnología, con los números certeros, podemos ver que la población a la que llegamos es la de nuestra edad. Entre 25 y 35 años. El rock and roll siempre ha sido un género para jóvenes pero queremos llegar a personas con más edad. Puede ser sorpresivo dado el género que tocamos: causar la impresión de ser una banda del siglo pasado.
Diego. Más que hacer música para algún sector en especial, cabría decir que en primer lugar la música que hacemos es para nosotros. Nos refleja totalmente.
Llevo casi 20 años cantando y escribiendo canciones, nunca tuve la intención de compartirlo con alguien. Fue la gente cercana a mí la que me animó y lo consolidé con The Clues, para materializar lo que sentimos.
Yoy. En sí la música no tanto, no hay tanta diversidad de rock en el país. Pero nutre porque, por ejemplo, en Ciudad de México los públicos son acogedores. Por la sobrepoblación hay mucha gente para todo. Aunque no te hayan escuchado nunca, suelen acercarse a pedir cosas o platicar contigo. Llegar con esas experiencias, la ayuda es emocional.
ÓA. ¿Qué es el amor?
Roberto. Me parece muy filosófico. Personalmente, lo que nos mueve a todos. Permite que nos levantemos, la energía que tenemos para estar motivados para querer algo. No sólo hacia las personas: al trabajo, a alguna experiencia. Es universal.
Alexis. Es un concepto muy ambiguo. Yo lo podría comparar con la letra de una canción: alguna canción de nuestro disco significa cosas diferentes según la persona que la escuche. En esta concepción, lo reduzco a una sola palabra: compartir. El amor es una serie de vivencias que compartes con una sola persona, contigo mismo, con tu mascota, hasta con las cosas.
Yoy. Es encontrar un punto de felicidad plena y tener muy dentro de ti el recuerdo de esa sensación. Una búsqueda para encontrar la felicidad.
Diego. Lo resumo en un recuerdo de la infancia, las últimas vacaciones con toda mi familia. De regreso en el auto, sobre la carretera, volviendo de Veracruz. Se conjugaron muchas cosas. Veníamos contentos, cansados, muy unidos. La vista era increíble, el paisaje poca madre. Estaba sonando mi canción favorita, Sophistecated lady. Es mi favorita precisamente por ese recuerdo. Justo en el solo de saxofón, sucedió el éxtasis de todas las partes que conformaban la situación.
El amor es la felicidad que tuve en ese momento.