Vocación literaria
¿De qué está construida la vocación literaria? La holgazanería es la tangente por donde Carlos Bortoni se sale y su interlocutor esboza una sonrisa.
Por Carlos Bortoni
Ciudad de México, 3 de enero de 2025 (Neotraba)
Me preguntó si tenía vocación literaria. Lo dude un segundo, sabía que la respuesta correcta era sí, acompañada de una bagatela en la que, diciendo nada, explicara cómo tengo que lidiar con una irrefrenable pulsión por escribir veinticuatro horas al día, siete días a la semana, como esa pulsión me ha traído problemas laborales, familiares y en todo tipo de relación, como mi vocación era un arma de doble filo que había destruido mi vida y, al mismo tiempo, me había dado todo lo que me hace sentir pleno. Nos habíamos reunido para eso, para discutir si me publicaría una segunda novela en su editorial. Él me estaba evaluando. Yo sabía que me estaba evaluando. No pude evitar sonreír y responder que no, que mi vocación era la holgazanería. Un güevonazo –me dijo. Un güevonazo –respondí. Entonces rio. Eres lo opuesto a mí –dijo. Eso imaginé –respondí.
