Por Alberto Jorge Zárate.
¿Qué vamos a festejar?, ¿qué tenemos que festejar?, ¿qué no hay otra forma de vivir este mes?, ¿tenemos acaso un poco de idea de lo que debería ser este mes? Al menos para mí es triste ver que este mes empieza como casi muchos desde hace mucho. Las calles comienzan a llenarse de elementos tricolores que nos recuerdan que es momento de ir a comprar la bandera, el disfraz, el bigote o las trenzas, digo, de alguna forma tenemos que parecer “MEXICANOS” ¿Entonces por qué después nos quejamos si un extranjero nos dibuja o marca bajo los símbolos que nosotros refrendamos en estas fechas?
Este mes se va a desarrollar para muchos entre fiestas patrias organizadas por escuelas, centros de trabajo, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, por nacionales e incluso por extranjeros que principalmente se darán a la tarea de brindar y cantar con gran orgullo y placer entre copas de mezcal y tequila, entre Juan Gabriel y Chente… Aclaro que no estoy en contra de un festejo, pero me parece más importante, que así como nos damos tiempo en buscar las ofertas para comprar la bebida y nos damos el tiempo en organizar la cena familiar mexicana, también podríamos organizarnos para hacer de este mes un mes de reflexión y acción. ¿O acaso solo si Televisa y Azteca o cualquier otro medía de comunicación nos invitan a ser solidarios con alguien más, lo haremos? Muchas veces nos quejamos y gritamos y señalamos, pero, ¿realmente hacemos algo por el vecino que no sea criticar y señalar los errores?
La fotografía de esta ocasión nos presenta una gran bandera mexicana que ondea y nos muestra sus grises tonos nacionales, grises porque así es como percibo hoy día a nuestro país, gris, sin ánimos, sin garra, perdiendo lo que lo hace especial y dejando que pase; después de todo, “No es mi problema” nos hemos empezado a conformar con lo poco o nada que tenemos y actuamos como robots que solo saben hacer una cosa, la cotidianidad o mejor dicho, la monotonía, no tenemos reflexión, no pensamos, no discernimos, no actuamos.
En la parte baja de la imagen podemos percibir a un grupo de trabajadores que representan a nuestro México cotidiano, el del mexicano que cada día trabaja, intenta trabajar o hace como que trabaja, pero que a final de cuentas es el que sostiene a los de arriba, a esos que no se ve pero que mantenemos con todo lo que trabajamos. Nuestro panorama, me parece que gris, pues parece que es mejor descalificar a los pocos que intentan hacer algo que integrarnos, siempre hay mejores cosas que hacer, como ver el partido de futbol, el programa de moda o algún final de novela. Eso si, nos indignamos de las situaciones sociales con los shows organizados para ellos, y esos programas son los horarios permitidos para señalar que nadie hace nada.
¡VIVA MÉXICO!