Vistámonos Para La Ocasión

Editorial del 19 de abril.

Hace un año podía escuchar música nueva cada día y, en ella siempre había algo nuevo que descubrir; era propositiva, aportaba cosas nuevas a la mesa. El tiempo ha pasado y lo único que me encuentro hoy en día son tonadas sosas, aburridas y sin sentido.

La música debería tener una voz protestaría, ahora, sólo refleja un presente, el cual está completamente vacío. ¿Dónde quedó ese animo de alzar la voz? Ahora sólo hay melodías fáciles, las cuales llenan el espacio. Los gustos se rompen en géneros, aunque, eso no significa que no podamos detenernos a pensar porqué escuchamos a cierta banda y, qué tienen para ofrecer.

Lo preocupante de todo esto, es que el problema no se queda solamente en el ámbito musical, también abarca la literatura, el cine, etc. Está por toda nuestra sociedad. Una sociedad que va a conciertos por el simple hecho de decir: “Yo también fui a verlos” o leer libros porque fueron ganadores de algún premio de literatura y que en 50 paginas no logran decirnos nada, aunque, es lo de hoy.

Las personas ya no se satisfacen a uno mismo, satisfacen a los demás usando el disfraz de moda. Máscaras que dicen ser alternativas, frescas y hasta cierto punto, “la salvación” de la monotonía, pero lamentablemente es puro bloof.

Si nos vamos a vestir para la ocasión: vistámonos para ser críticos.

Jorge Durán.