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Toluca, Estado de México, 29 de agosto de 2024 (Neotraba)

Un Robocop macabro alardea de su condición especial de máquina-hombre-parnasiana-atormentada-enfundada-en-cuero-negro. En la imagen esconde su turbante tripulado por pensamientos terroristas más peligrosos que el Baader Meinhof y el Comando Vermelho e Individualistas Tendiendo a lo Salvaje juntos. Ama fatalmente a Ted Kaczynski. Flota en el residuo nuclear de drones sementales. Se ve que de chiquito le desvalijaron el Pepe Grillo, se quedó en la era de los cueritos con yenes. En el siglo XVI le llamaríamos Don Palmerín de Grecia. Es una maldita rata chupaesteroides.

Ese continente tan veterano que llamas biografía se horada, se crashea en el uniforme de la indefensión. Cuando sé que debo amarme como un lechón que nada en parafina. Esperando a que duelan todos los paraísos recobrados. Pasa el vals de las carretillas rojas. Esperando en este prado de noviembre los amuletos de un rey corcovado. En su muelle mordido por la tundra. El halago ideológico o mercantil lo abandona a una indigna circunstancia existencial. Ciberdubitativo.

Un Robocop idealista viaja a Japón para detener el nacimiento de monjas lobo en una misa Nazi. Como el francotirador de ojos ultravioleta, desde la torre de Tokio, disparó a su reloj-pulsera- teletransportador debe robar una moto. En su última llamada Emi Kusano hablaba de ortigas y cascos que salvarían a los monos en las colisiones. Un holograma anuncia papilla japonesa, el sabor improbable de un pulpo bañado en un líquido verde. Satélites a medianoche invaden la carretera como unicornios de láser para aniquilar a nuestro paladín y mientras serpea una floresta de estalactitas y perfiles de dinosaurio, que en algo le sirven para escabullirse, apenas puede pronunciar su frase de batalla: tu turno sabandija. Que para eso nombra a su muñón-misil-secreto, rey abrelatas. Dios desde la máquina.

Tantos corifeos flotan con sus caparazones cáusticos hacia el mar que es el morir. Algo que se torna fúnebre y sideral. Organilleros de overoles blancos. Toca esa música para ganar la guerra. No. No fuimos el Rock. Fuimos la flema gongorina. Dómine. Campo Marte. Lobos con ilegibles crespones de unicel. El tajo empírico. Paquebotes teledirigidos al culo de los ingenieros protofuturistas que reconfortan a las cortes glaciares. Oraciones raras para títeres de estaño. Fui criado por Osamento. Todas las palabras que amo las escribió Fernando Persona, Fernando Peceras, Fernando Pezones. Álvaro de Campos equivale a un organismo mamífero amigo de los paquebotes. Todas las palabras que amo las escribió Fernando Peluca, Fernando Pesario, Fernando Pestillo. Orden de cagar a todos los mandarines de México. Fuera. Todas las palabras que amo las escribió Fernando Pigricia, Fernando Peldaño. Fui criado por Osamento. Fui criado por una alfombra japonesa vestida de elefante que volaba rehiletes en bosques acerados. Ahora era el héroe y mi caballo sólo hablaba inglés. Proxenetas de la cartelera purulenta de la patria. El pueblo pigmeo se desploma en el pleonasmo, en el pabellón del plagio. Alfayate de los muertos. Sastre del huerto del horror. Modisto eunuco de la fragua. El 25 de abril de 2001, Francisco Cervantes escribió en mi ejemplar de Drama en gente: a Sergio Ernesto Ríos, ojalá sean tajos. No Arno, no Lerma, no Verdiguel, no San Luisito, no Támesis.

Hijos de Melmac, verrugas y leporinos, cardos menos válidos que mendrugos.

*Los poemas aquí presentados pertenecen al libro POE/CIA


Sergio Ernesto Ríos. Fotografía por cortesía de Manuel Parra Aguilar

Sergio Ernesto Ríos (Toluca, 1981). Es director de la revista de literatura Grafógrafxs de la Universidad Autónoma del Estado de México. Traductor. Libros: POE/CIA; El ganador del primer premio del centro de estudios interplanetarios; Larga Oda a la salvación de Osvaldo (en coautoría con Minerva Reynosa); máquina portadora de cabezas; Quienquiera que seas; Brazuca; Obras Cumbres; La czarigüeya escribe (en coautoría con Diana Garza Islas); Muerte del dandysmo a quemarropa; Mi nombre de guerra es albión; Searching the toilet in juárez av. (en coautoría con Minerva Reynosa); SEMEFO, De cetrería y Piedrapizarnik.


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