Quizá el problema, opina Juan Jesús Jiménez, no esté en lo global o vistoso que puede ser tener una celebración dedicada a la muerte. El problema surge de hacer de un aspecto cultural, un brazo de la industria. Un producto.
Muertos de hambre: cuento de Iván Gómez que se celebra la vida pero también recuerda a la muerte, la que siempre nos sigue, la que siempre nos acompaña.