Sobre la muerte de una mascota escribe Juan Jesús Jiménez: A decir verdad, mientras sostenía a Candy deseaba equivocarme respecto a Dios, porque si Dios existe, pienso que lo menos que puede hacer es sentarse con nosotros, abrir una caguama y explicarnos todo lo que pasó. Candy, en ese caso, se haría del baño en la sala de Dios. Y me daría mucho gusto que lo hiciera.