Jauría

Tras los primeros acordes de la guitarra y los gritos del vocalista una turba de punks corría en círculo, aquellas crestas iban y venían sobre un oleaje de codazos y puños, los estoperoles de chalecos y chamarras se desprendían por la violencia, el mejor pogo en el que habíamos estado, ni siquiera nos dolían las rodillas.

Jauría