Por Cucaramácara.
Sergio Bustamante es un escultor originario de Culiacán, México, que desde pequeño tenía interés por las artes plásticas y la artesanía. Con el tiempo su amor por las artes creció y se juntó con varios artistas, fundó el grupo “Estudios Taller Familia” en Tlaquepaque, Jalisco.
Conocí su trabajo en mayo, cuando fui a la tienda de regalos y recuerdos en un hotel de Cancún. En cuando vi la primera escultura sentí algo inexplicable, me transporté a un mundo distinto por unos instantes y sentí completa tranquilidad en mí.
Al regresar a casa olvidé investigar a fondo sobre él, sólo vi algunas de sus esculturas, así que pasó el tiempo.
En enero tuve uno de esos días en los que te sientes solo, todo te molesta y hasta te hace llorar. Comenzaba a dudar sobre mi carrera, sentía que jamás podría cumplir mis sueños y que las ideas que toda la vida han invadido mi cabeza eran muy fantasiosas y poco objetivas. Pensaba ser la única extraña que reflejaba su niñez en sus trabajos y que nadie me podría entender. De pronto, abrí mi Facebook y vi las fotos del viaje a Cancún, entonces recordé a aquel peculiar escultor y decidí buscar información sobre él. Después de varias biografías y galerías virtuales entré a su página oficial y encontré algo que borró por completo todos los pensamientos negativos que en ese momento invadían mi cabeza ese día:
“Uno de los recuerdos más vívidos de mi niñez fue la sensación de poder volar. De once años en el clima abrasador de Sinaloa y rodeado de un cúmulo de fantasías, sentía que volaba transformado en personaje de mis lecturas, obsesionado por héroes y espadachines, me entregaba a esa imaginación liberadora. Sin entonces siquiera poder imaginar que eso era ya parte del ejercicio creativo al que mas tarde me dedicaría. Hoy en día, que me siento en mi mesa de trabajo, nacen con papel y lápiz, objetos y personajes que he traído entre el corazón y los ojos durante muchos años (por más que se diga que eso se guarda en el inconsciente) recuerdos entintados de un pasado lejano, al que amo y canto. Patinados de borrosas tristezas o recuerdos de un pasado reciente tan sublime como un beso frente al mar. ¿Se llamara inspiración el traer sueños del pasado?… ¿Pintar, dibujar, diseñarlas serán quizás las formas increíblemente privadas de ser tu mismo y sin un mínimo de pudor mostrar las perlas que has guardado en lo mas profundo de tu ser?.. Tu Jardín de las delicias?… ¿ O será la inspiración una inconmensurable soledad con la que nacemos?…”
Su descripción sobre la soledad y la inspiración me hicieron sentir que no estaba sola, me sentí completamente identificada con él. Me hizo saber que si tú quieres que algo sea real, lo es, simplemente debes creer en ello sin importar qué tan descabellada sea tu idea o tu visión.
A veces nos reservamos tanto a la idea de que la soledad es sinónimo de tristeza y melancolía que no pensamos que con ella pueden salir cosas extraordinarias.
Sergio Bustamante plasma sus sueños, inquietudes e ideas en sus obras, de una forma fantástica y poco común, ideal para todos los soñadores, para los que tiene ganas de volar.
El único limite para la creación de sueños es el límite que se pone uno mismo para no soñar. Sueña y plasma esos sueños en papel, en piedra, en ceramica, en donde quede recuerdo imborrable.