En marzo de 2020 el COVID-19 (Coronavirus) hizo lo que Atila no pudo conseguir: tomar la capital, y a otras ciudades europeas. Todas silenciadas por un microorganismo, que solo puede ser observado con microscopios de gran tecnología.
Por Margarita Borzelli González / Pascual Borzelli Iglesias / Óscar Alarcón (@metaoscar)
Roma, Italia, 15 de marzo de 2020 (Neotraba)
Un fantasma recorre desde el Este del mundo, China y sus alrededores y viaja al Oeste y llega a las tierras de Marco Polo y a las más cercanas.
Atila invadió Italia, llega a Roma en el año 451 d. C., fue detenido a las puertas por el Papa León I, quien lo convenció de no saquearla.
Varios siglos después, en marzo de 2020 el COVID-19 (Coronavirus) hizo lo que Atila no pudo conseguir: tomar la capital, y a otras ciudades europeas. Todas silenciadas por un microorganismo, que solo puede ser observado con microscopios de gran tecnología.
Esta enfermedad se descubre en China y desde ahí se ha propagado por todo el mundo, a través de los viajeros. Desde su aparición ha demostrado que se trata de algo serio. Ciudades con calles desiertas, sin su población cotidiana y sin turistas.
La crónica que presentamos es de los pasados tres días, de nuestra corresponsal Margarita Borzelli González, en Italia.
El gobierno italiano, a través del presidente de Concejo de Ministros, primero emite disposiciones temerosas y parciales y solo reacciona ante el aumento de la propagación de la enfermedad y de las muertes. En la segunda fase cierra todas sus fronteras y declara el aislamiento de la población, que sólo se puede romper en casos de emergencia y por la compra de alimentos y medicamentos.
Las imágenes de la capital del viejo continente muestran la ruptura de la cotidianidad. Toda actividad se ha detenido: no hay escuelas, actividades deportivas ni culturales. Todos los museos están cerrados.
Por otra parte, en España, a través de las redes sociales se difunde el #YoMeQuedoEnCasa para evitar el contagio entre las personas.
El registro antropológico fotográfico del momento actual nos recuerda que la adecuada información es primordial en tiempos de esta crisis de salud.
La medida italiana no tuvo el eco inicial y en los pasados dos días otros países comienzan a cerrar sus fronteras, tanto en Europa como en América, inclusive naciones que no han reportado de enfermedad.
México, en su singularidad, es un caso único. La autoridad sanitaria nombrada por el presidente de la república no es tomada en cuenta ni obedecidas sus recomendaciones médicas por quien lo nombró.
En los pasados días el gran imperio estadounidense inicia los primeros y tambaleantes pasos: decreta cierres parciales de sus fronteras y casi de inmediato lo modifica para que, sin excepción, nadie ingrese al país si proviene de Europa o Asia donde se presenta la pandemia. En EUA no existen los reactivos para los diagnósticos y mucho menos los medicamentos.
El COVID-19 ha derrotado al mundo, los tomó por sorpresa.
