Recuento
Por José Luis Dávila.
¿Habría que hacer una lista de los discos del año? ¿Una lista con los mejores sencillos? Sin duda, si hiciera esa lista, en los primeros lugares quedarían Florence+The Machine, Foster The People, Megadeth, Tom Waits, Coldplay (aunque, la banda de Chris Martin sospechosamente siempre hace discos que resultan gratos, lo cual nos dice que no han cambiado de formula y no estarán preparados para cuando deje de funcionarles), PJ Harvey, Justice, Moby, Young The Giant, Rustie, Cold War Kids, Nicolas Jaar, Bon Iver, Likke Li; en fin, encontraría, pues, un lugar hasta para Artic Monkeys, a quienes detesto.
Sin embargo, no podría, al menos por este año, incluir a Radiohead o Fito Paéz, por ejemplo: los primeros nos demostraron que se pueden hacer discos a base de beats que la mayor parte del tiempo carecen de sentido en sí mismos (y con un video, con casi 5 minutos de Thom Yorke “bailando”, que ha sido motivo de risa para muchos, y hasta podría decirse que el vídeo promocional de The Black Keys para Lonely boy es una parodia, por no decir burla); el segundo, con un disco construido en menos de un año, hecho con covers que, a decir por la versión de Rata de dos patas que hace, sólo nos dejan claro que, como leí hace poco en la opinión de Óscar Alarcón, los ídolos son de barro, se quiebran cuando se caen, se caen porque verlos fijos en su altar es sólo una ilusión, una ilusión que nos hace tenerles fe ciega por mucho tiempo, que nos hace orar en su nombre y esperar sus milagros con cada disco cuando sabemos de cierto que sus errores son muchos y cada vez mayores.
Otros de los que han decepcionado en este año son The Strokes, con un Angles del que se esperaba más, mucho más; Beady Eye, que en realidad pareciera son Liam Gallagher más la banda que lo acompañ, con Different Gear, Still Speeding, un álbum que suena a Oasis porque nunca dejarán de ser Oasis a pesar de la salida de Noel, quien los supera por mucho con su proyecto nuevo, Noel Gallagher’s High Flying Birds, donde trae una visión más fresca de su música. Así, la lista podría hacerse más larga, incluir a todos esos que no lograron alcanzar las expectativas de la audiencia, pero baste con decir que, pese a todo, se les seguirá escuchando, con la minima esperanza de que vuelvan sus viejos buenos días. (Nótese la omisión, olímpica, de ese-disco-llamado-Lulu que nos mostró a Metallica y Lou Reed en decadencia completa).
De este modo concluye un año que nos ha traído bastante buena y mala música, música para todos los gustos, música que nos ha ambientado los momentos, gratos o ingratos, de este 2011 que termina. Cabe decir, un 2011 que, en lo personal, me ha dejado en los oídos, más experiencia y mejor juicio ante las obras y los creadores.
Ahora, a esperar lo que depare el 2012, del que podemos decir, casi iniciará con un nuevo disco de Paul McCartney, el único exbeatle que aún hace música como si estuviese en The Beatles.
No puedo dejar de hacerlo,así que les presento las 10 canciones [mis 10 canciones] del 2011.
