Por Rosario Valcárcel.
Lanzamos continuos mensajes al mar.
Pero sin botella.
“Papel Mojado” de Nicolás Calvo
Siempre ha habido pintores que nos han sorprendido con sus poemas, como fue el caso del gran Miguel Ángel que nos dejó poemas dedicados a su amor platónico Tommaso. Y más recientemente hemos sabido que el cantante Bob Dylan desde muy joven jugaba con sus musas. Las seducía. Y que ha expuesto en Nueva York una serie conocida con el nombre de “The Asia Series”. Muchos han sido los que han combinado la poesía con la música, la poseía con la pintura.
Pero hoy no quería hablarles del autor de “Blowing’ in the Wind” ni de Miguel Ángel. Hoy quería hablarles de Nicolás Calvo. Un pintor nacido en Gran Canaria que vive en Madrid y que comenzó su formación académica en la Escuela de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y acabó sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, pero que en los últimos años coquetea con la poesía porque es un pintor que está en constante renovación. Un pintor que escribe quizás para olvidar este mundo aparentemente sin sentido, este mundo de desasosiego que vivimos. O escribe poesía como válvula de escape para sobrevivir o para deshacerse de sus demonios. O quizás igual que García Lorca se siente lleno de poesía y quiere ser todas las cosas.
Así podemos leer un poema suyo donde nos confiesa:
… No es suficiente. Hay cosas a las que la pintura no llega. Cada medio tiene su capacidad y sus limitaciones/ Necesito hablar de otra forma…
Una poesía que yo me atrevería a decir que saca de sus orígenes y la transforma, que se asoma al abismo para regresar simbólicamente a su cordón umbilical, para trasmitirnos aquello que recuerda. La lejanía, el misterio. La estrecha vinculación de nuestro poeta con la isla, con el paisaje y con el alma.
…El volcán al fondo, ahora extinto/ y las calcáreas laderas desplomadas/dan forma a la playa curvilínea, /circunstancia que cierra el hueco agreste/ entre la otra playa, su golfo/ y la atrayente punta de lava que se extiende.
Retumbante de mar y de mareas/ una barra de rocas se estremece/ con el ir y venir enronquecido.
Hay nada más allá del horizonte/ Tras la delgada traza de las olas/ tras el mar, el mundo acaba.
Pero su pasión por el lenguaje lo lleva a una reflexión poética que va más allá de la isla. Lo lleva a construir versos con gran acierto, versos sugerentes, algunas veces simbólicos como si los hubiese escrito de dos pinceladas, sin luchar por un color porque lo que le interesa que quede realzado es el tono, La totalidad.
Amanece/ La persiana divide en franjas/ el naciente sol de la Primavera. “Un temblor de luz”
Otras veces son versos que se desbordan que se hacen torrenciales, y reflexiona sobre la muerte, lo religioso, las relaciones amorosas y la perduración del mismo. Sobre la fugacidad de la vida.
Pero Nicolás Calvo es pintor y a través de su pintura nos relata cosas, porque aunque tiene la posibilidad del silencio a él le gusta la comunicación, las relaciones humanas, el movimiento, el espacio, el principio, la añoranza. E igual que Juan Ramón Jiménez evoca sus recuerdos, la luz de su tierra, su mar, el mundo de su infancia.
Últimamente ha vuelto a la representación de la figura humana. Personas en situaciones que despiertan nuestra extrañeza por su inanidad. Así nuestro pintor refleja el espacio y las figuras que juegan entre si para hablar de la soledad, del vacío, la incomunicación y el absurdo de la vida en los lugares que propicia la gran ciudad. Y pinta alegorías como expresión de sus emociones. Así vemos casas llena de ventanas desde la que contempla el mundo.
Su obra plástica ha tenido diversas influencias y etapas que pasan por la figuración académica, la abstracción gestual, el visceralismo, el POP, y la abstracción geométrica, etapa que se ha prolongado hasta fechas recientes. Puede encontrarse sus obras en las colecciones de los Museos de Las Palmas de Gran Canaria y Tenerife, en la Casa de Canarias de Madrid y en la Spanska Statens Turystbira de Estocolmo (Suecia) y en colecciones particulares de España, Suecia y Alemania.
La música es poesía con partitura, la poesía es pintura escrita y la pintura es música dibujada. Así las tres cosas son una sola. Expresan lo mismo sólo que en diferentes idiomas.