Por Alberto Jorge Zárate Ramos
Definitivamente aquel dicho de “Febrero loco, Marzo otro poco” se ha cumplido. ¿Que podemos mencionar primero? El temblor de casi 8 grados Richter y que a pesar de los sustos no causo mayor conflicto, la visita de Benedicto XVI a Guanajuato, el día internacional del agua que cada día tiene menor importancia y esto porque gastamos igual y no cuidamos nada (al menos la mayoría), la llegada de la primavera, la carga de energías y el maltrato colectivo en nuestras zonas arqueológicas o toda la política que se desarrolla en nuestro tiempo electoral y que nos dejan reír ampliamente y darnos cuenta de que las voces de la gente seguramente no son escuchadas… ¿algún día nos conjuntaremos como un solo cuerpo y actuaremos como uno solo para realmente exigir lo que nos corresponde o, seguiremos actuando bajo gritos apartados que nos hacen tener lo que tenemos aunque nos quejemos?
Para Karl Marx “la iglesia es el opio del Pueblo” me parece que esto tiene una presencia actual muy fuerte, sin embargo me cuestiono. ¿Cuántos nos hemos puesto a reflexionar los asuntos bíblicos y los hemos tratado de ver y encontrar cosas positivas? La iglesia, como la política, la economía y más estructuras actuales en sus aspectos teóricos se encuentran en puntos admirables; lastimosamente, sus actores se encuentran a siglos de fungir y actuar como seres preocupados por su entorno sociocultural.¿Cada uno de nosotros le da coherencia a sus palabras con sus actos? ¿Cuántos de nuestros actos forman parte de los problemas sociales y justificamos nuestro comportamiento porque eso nos da comodidad? ¿Acaso en algún momento alguien actúa de manera colectiva sin hambre de reconocimiento y respeta las ideas de los demás e incluso defiende el derecho de pensar del otro? ¿Simplemente… acaso no somos nosotros nuestro propio OPIO y somos felices porque nos engañamos con un partido de futbol, con una bandera religiosa o política o creemos que en nuestra boca se encuentra la verdad absoluta y todo aquello que no concuerda con nosotros está mal?
Existen personajes públicos (FCH, Benedicto XVI y muchos más) que poseen una corresponsabilidad de actos, y ¿nosotros? No acaso en nuestra sociedad se mueve la oferta y la demanda y si existen muchas cosas que nos desagradan, es porque de una forma u otra, lo alimentamos. Tal vez solo somos un virus que afecta a nuestro planeta y el solo trata de sanar acomodando un par de placas para tratar de estar bien. Por cierto… cargar energías no nos hace mejores… si en nuestra vida cotidiana nos importa nada nuestro prójimo para nuestro propio bienestar.