Las bicicletas: 3 a favor y una encontra

Por Óscar Alarcón Travolta
Quizá no sea yo el mejor ejemplo para hablar de la práctica de algún deporte y menos si se trata de ciclismo. Mis recuerdos con las bicicletas son en una vieja Vagabundo que frenaba cuando pedaleabas hacia atrás y párale de contar. Hace unos tres años me compré una bicicleta pero apenas rodé al parque que está a 3 calles de mi casa, un par de automovilistas casi me atropellan.
Sin embargo, desde hace algún tiempo en la ciudad de Puebla -quizá en todo el país- ha surgido un grupo fundamentalista de ciclistas a los que no les puedes sugerir nada sobre su forma de conducir y circular por las calles, porque te increpan peor que perros con rabia.
Y no es que congregarse alrededor de un fin común tenga algo de desastroso, pueden reunirse a bordar, a leer el tarot y a tantas otras cosas. Lo que ocurre es que parece que algunas personas entienden que Ser Ciclista te da el derecho de andar por la vida tirando netas a los que no somos ciclistas; con estatura moral por el simple hecho de preocuparse por su cuerpo. Mente sana en cuerpo sano, reza el viejo adagio. A muchos de ellos les ruedan bien las piernas pero poco la ardilla que está en el cerebro.
Respeto es una palabra clave que nos hace falta en estos días. Por ello esta opinión no es totalizadora, no hablo de TODOS los ciclistas, hablo de aquellos que detienen el paso de los autos aunque el semáforo esté en rojo causando más caos en la ciudad, aquellos que no le ceden el paso a los peatones, aquellos que están cerrados al diálogo.
Sé que me voy a ganar más detractores de los que ya tengo pero aquí van 3 opiniones a favor y una imagen en contra de aquellos malos ciclistas:
Una imagen en contra:
Si quieres saber más sobre bicicletas puedes leer: Las bicicletas y sus dueños de Rogelio Garza, editorial Rueda Libre.
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