Por Rodrigo Durana
Andrzej Wajda es quizá el máximo representante del cine polaco; tras la ocupación nazi, comenzó su carrera siguiendo siempre la línea política y lo que muchos llaman crónica de su país, aunque más bien se trata de una visión crítica de su cultura y el actuar del individuo polaco dentro de su sociedad: el gen religioso y la enorme capacidad de reconstruirse históricamente como país, como nación, a pesar de las múltiples guerras y ocupaciones. Wajda representa la realidad en sus filmes y encuentra lo bello en lo adverso y lo hostil del ser humano. Admirado por muchos cineastas, ha marcado una forma de hacer cine, es decir un matiz cinematográfico personal.
Wszystko na sprzedaz (Todo en venta).
Polonia 1968.
DIR: Andrzej Wajda
GUIÓN: Andrzej Wajda
FOTOG: Witold Sobocinski
MÚSICA: Andrej Korzynski
INT: Beata Tyskiewicz, Elzbieta Czyzewska, Andzej Lapicki, Daniel Olbrychski.
Wajda realiza un film en el que su alter ego es el personaje del director dentro de la película. La premisa es la muerte, en la vida real, de su actor principal hasta ese momento, de la mayoría de sus filmes. Wajda crea un espiral de tiempo y espacio en el que la historia resulta ser otra historia dentro de otra historia y que hace recordar a Julio Cortázar y su Continuidad en los parques. Wajda no sólo realiza una metáfora del momento que vivía, también realiza el ejercicio metatextual cinematográfico perfecto: el cine dentro del cine, en donde el cuestionamiento a la creación y la labor del creador es el principal motor. La fotografía nos lleva por paisajes fríos, azules y grises de la Polonia invernal. Mención especial merecen las actuaciones de Elizbieta Czyzewka y de Beata Tyskiewicz, pues actuar de una actriz que actúa que es una actriz, no es cosa de todo los días.
Finalmente, Wajda concreta un film en el que es expuesto el concepto de verdad en el sentido más amplio.
Polonia, 1970
DIR: Andrzej Wajda
GUIÓN: Andrzej Wajda y Andrzej Brozowski basado en los cuentos de Tadeusza Barowskiego.
DIR FOTOG: Zygmunt Samousiuk.
INT: Daniel Olbrychski, Stanisawa Celinska, Aleksander Bardini.
Wajda no sólo cuestiona a los americanos y su proceder tras la guerra, también hace un cuestionamiento, como en casi todo su cine, al concepto de libertad, al encierro del hombre tras las paredes de la sociedad, mostrando cómo la liberta
d es sólo parámetros cambiantes sobre cuales movernos. Cuando el poeta y la mujer van al bosque, se entiende una reminiscencia al jardín del edén, pero en éste, Adán no quiere nada con Eva y cuando por fin se entrega, se da cuenta que ya no puede con esa libertad “absoluta”, necesita regresar a la tierra, a sus paradigmas de libertad humana, ella le dice: “no eres persona, eres polaco”; ella quería ser libre y lo era, al regresar, irónicamente es muerta. Wajda no sólo realiza un film sobre la guerra y sus consecuencias en Polonia, hace un cuestionamiento sobre el hombre, su proceder y su estadio en el mundo.
Ziemia Obiecana (La tierra prometida).
Polonia, 1975.
DIR: Andrzej Wajda
GUIÓN: Andrzej Wajda, basado en la novela de Wladyslaw Stanislaw Reymon.
INTER: Daniel Olbrychsky, Wojciech Pzoniak, Andrzej Seweryn, Anna Nehrebecka, Tadeusz Bialoszcynski.
MÚSICA: Wojciech Kilar.
DIR FOTOG: Witold Sobocinski
DIR ARTE: Tadeusz Kosarewicsz
La dirección de arte es casi perfecta pues, aunque son pocas las calles que vemos del Lodz de esa época, están perfectamente “caracterizadas” y los interiores y el vestuario nos ubican en una especie de cuadro costumbrista del siglo XIX. Wajda realiza un film que podría adjetivarse como político, pues critica de forma contundente el estilo de vida arrollador capitalista, sin reserva alguna. Sin embargo el film, más que político, trata sobre el ser humano en general y las diversas manifestaciones de la naturaleza humana. Karol es el Hombre, todos los hombres y Lodz es el mundo actual, voraz y mordido.
Diseño, edición y manipulación digital de las imágenes: Óscar Alarcón para abartraba.