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Puebla, México, 3 de julio de 2024 (Neotraba)

Ayer se anunció que le fue otorgado el Premio Bellas Artes de Ensayo Literario “Malcolm Lowry” 2024 al escritor Franco Félix, quien es autor de los libros Los gatos de Schrödinger (Tierra Adentro, 2015); Kafka en traje de baño (Nitro Press, 2015); Mil monos muertos (BUAP, 2017); Maten a Darwin (Caballo de Troya, 2018) y Lengua dormida (Sexto Piso, 2022).

El Premio le fue otorgado por el trabajo “El ingeniero que huyó por la ventana: Thomas Pynchon en México (1962-1964)” y a decir del jurado: “La estructura del libro resulta clara y ágil, las reflexiones personales y autorales dialogan con la investigación de manera fluida, de acuerdo con el acta deliberativa.”

En este 2024 se conmemora el centenario del fallecimiento de Franz Kafka y Franco Félix tiene una relación muy cercana con el autor de El Castillo y La metamorfosis, pues es autor del libro Kafka en traje de baño (Nitro Press, 2015) obtuvo en 2014 el Premio del Libro Sonorense. La búsqueda de elementos que parecieran absurdos ha estado presente en la obra de Franco, pues en Kafka en traje de baño, en una de las crónicas se dio a la tarea de buscar a algunos familiares de Franz Kafka que residen en México.

Franco Félix. Foto por Clars
Franco Félix. Foto por Clars

A propósito de esta rareza, en entrevista sobre su libro Maten a Darwin se le cuestionó:

Óscar Alarcón. Maten a Darwin puede ser una novela sobre lo raro, ¿qué ocurre en México con la rareza? Y con rareza no sólo me refiero a aquello que sale de la normalidad sino también al que es distinto a uno mismo: al niño con Síndrome de Down, al incomprendido, al diferente.

Franco Félix. Para Derrida, nada hay fuera del texto porque la realidad misma es interpretable. La realidad es una narración. Parece, cierto, un disparate, pero hay una tesis de la Deconstrucción ahí.

Veamos, todo sentido es un relato. ¿Por qué? Porque no hay forma de establecer las interconexiones entre el mundo de las cosas y su representación en el lenguaje sino con el mismo lenguaje. Para entender cualquier sentido del mundo se requiere un lenguaje. El sentido de las cosas del mundo se articula, no hay más. Si algo parece que no tiene sentido es porque no se conoce el relato que lo soporta.

Si llego a mi escuela y en los pasillos hay un caballo, lo primero que sentimos es una desconexión del relato + escuela + estudiantes + profesores = sentido ? caballo. Pero cuando viene el conserje y explica que ese día en el patio se llevará a cabo una presentación de un experto en equinoterapia y que el caballo se ha escapado del corralito improvisado y ha llegado hasta los corredores del plantel, entonces todo cobra sentido. Así, con todo lo que de entrada parece chocante o raro tiene su propio relato, pero pocos tienen la paciencia para esperar a oírlo o leerlo.

Todos los personajes de Maten a Darwin son como ese caballo y las 560 páginas del libro son el conserje, los lectores serían, entonces, como ese estudiante llegando a un lugar lleno de irregularidades. De ellos depende si quieren escuchar la historia o no de esos chicos diferentes que tienen algo por decir. Esto en la ficción, pero ocurre el mismo proceso en la realidad. En eso consisten los géneros, en ponerle atención a los relatos-sentidos que están suspendidos delante de nosotros. Al final, como dije antes, todo es irracional, depende de cada persona elegir una historia que soporte su propia realidad.

Franco Félix. Foto por Clars
Franco Félix. Foto por Clars

Sobre el ensayo con el que obtuvo el Premio, Franco Félix apuntó: “Thomas Pynchon no es todo lo que podemos decir de él, sino aquello que ha dejado en su extensa obra literaria. No hay más. La ventana por la que ha huido se ha hecho demasiado angosta y muy posiblemente un día se cierre para siempre, mientras tanto, habrá que seguir leyéndolo”.


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