Serpiente Elástica son: David Pedraza y Martín Pérez Páiz
30 de mayo de 2011
Puebla, Puebla
Por Gilberto González y Óscar Alarcón
Óscar Alarcón. ¿Cuál es la historia de la Serpiente Elástica, de dónde surge?
David Pedraza. Es un grupo poblano que surge en el año 2000, con la intención de tocar canciones que nos gustaban y que nos influenciaron. Principalmente, rock clásico en inglés y rock nacional. Después surge la intención de tener una banda en donde tocáramos canciones, desde Three Souls in My Mind hasta Jaime López, Trolebús, canciones de Cecilia Toussaint y toda la camada rupestre. Todos esos músicos fueron nuestra influencia.
Conocí a Martín Pérez, en la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, y se integró en 2001, con la idea de crear el grupo para tocar covers que nos gustaban, y después crear canciones originales, canciones propias de blues, porque es un género que a Martín y a mí nos encanta. A partir de eso, la Serpiente Elástica se constituye como un grupo de creación.
Llevamos casi diez años tocando, en noviembre-diciembre de este año los cumplimos; tenemos tres discos grabados de manera independiente. Hemos tocado en festivales culturales, bares y cafés, con nuestra propuesta de hacer blues en español.
Gilberto González. ¿Qué tan fácil o difícil es tocar blues en Puebla?
David Pedraza. Ha sido complicado pues poca gente conoce el género, y hay poca respuesta masiva. Y a la vez ha sido fácil porque en los lugares que hemos buscado se nos han abierto las puertas. Aunque es cierto que hay que generar el público, tenemos que ser constantes. Creo que cualquier género musical en México es difícil; alguien puede decir que el reggae o el ska son masivos, se debe a la cantidad de bandas pero también es complicado. El blues también es complicado porque hay pocas bandas.
Estamos hablando de cultura musical en Puebla. Y con los cambios gubernamentales, los espacios para la música se ven restringidos aún más. Una banda de blues poblana no cabe en algunos lugares. Estamos conscientes de ello, pero tenemos que seguir tocando.
Como todo en el arte, no es fácil. Si ustedes le preguntan a un escritor se los dirá. Puede ser que esté buscando en dónde puede publicar o escribir poesía. Creo que es la cultura en general, y cuando hablamos de blues, es todavía más.
Martín Pérez. Y más cuando hablamos de una propuesta propia de blues en español. Muchos grupos en el D. F., tocan clásicos del blues en inglés; pero tenemos el modelo de Real de Catorce, que logró hacer su poesía en el blues.
GG. ¿Cómo ven ustedes la música en Puebla, qué piensan de la decadencia de los espacios y de géneros? Parece ser que ahora todo es trova, ¿ustedes qué opinan?
DP. Puebla es un lugar ávido de cultura. La gente no repudia la cultura, pero es que no hay una política gubernamental para difundir los proyectos musicales. En los pocos espacios en los que hemos tocado blues, a la gente le ha encantado aunque no supiera de qué se trataba. No se hace cultura en Puebla por la falta de apoyo gubernamental —por ejemplo no hay una escuela de pintura en Puebla—; sin embargo hay brotes contraculturales, que siguen aportando sus propuestas a contracorriente.
Estoy seguro de que si hablamos de lugares como California, Chicago, o Barcelona, muchas propuestas culturales se pueden autosustentar, pero en México es difícil. Por eso es que hay bandas de blues que a veces se van por el lado fácil y comienzan a hacer música comercial.
No tiene nada de malo la música que hacen los trovadores, el problema es cómo se ha descontextualizado. Escuchamos “Unicornio Azul” en una peña y el trovador no tiene una idea de lo que la canción significaba en un inicio. Hay muchas canciones con temas de protesta y se piensa que son amorosas. Tocar Shakira con Luis Eduardo Aute es una mezcla que ya se puede hacer. No está mal escuchar esas canciones, pero también existen otras cosas; a veces nos encontramos con hibridaciones sin sentido y la gente está buscando nuevas cosas, pero tampoco hay muchas respuestas. Cada quien escoge lo que quiere hacer.
Nosotros hacemos canciones originales porque tenemos algo que decir; habrá almas receptoras que capten el mensaje y habrá otras que no, también eso es válido. Preferimos seguir por este camino, aunque no nos vaya bien económicamente, nos sentimos bien con nuestras convicciones. Hemos sobrevivido diez años porque hemos buscado los espacios y la calidad de nuestra propuesta se ha mantenido.
ÓA. ¿Entonces en este momento ustedes no reciben ningún tipo de apoyo gubernamental?
MP. Tal vez sea el tiempo de esperar, después de estos cien días y una vez que se ha formado el Consejo para la Cultura y las Artes en Puebla, sea momento de ver las propuestas. Aunque hasta el momento no tenemos ninguna, la estamos esperando. Démosle un poco de tiempo para saber qué es lo que está pasando.
En el caso del blues, necesitamos espacios y crear públicos que sepan del tema. Y eso es lo que ha estado haciendo con la Serpiente Elástica en Puebla, creando nuestro propio camino y picando piedra. Los mismos Pata de Perro se fueron al D. F. para que tuvieran oportunidades. Nosotros pensamos que hay que pelear desde la propia trinchera y crear al público para abrirse paso. Nos agrada que no sólo a gente de nuestra edad le guste el blues, sino que a los más jóvenes también les está interesando.
La prueba de esto es que dentro de la Serpiente Elástica tenemos a dos jóvenes que están tocando con nosotros, Poncho Soto y Rodrigo Espinoza, de 18 años.
DP. Y además, muy buenos músicos. Al inicio me parecía muy extraño que Rodrigo estuviera tocando con nosotros. Si bien tenía intención de hacer música, dudaba que tocara bien el bajo, y cuando hizo las audiciones me di cuenta de su talento. Conoce y nos comparte discos de gente joven que toca blues. A mí me gusta escuchar a los clásicos, a Muddy Waters o B. B. King, pero él trae discos de músicos norteamericanos jóvenes que están haciendo blues y suenan muy bien. En la Serpiente Elástica los jóvenes traen a sus amigos, y eso nos gusta porque estamos creado un público, que le gusta el blues y que lo sabe diferenciar.
ÓA. ¿Puebla es la ciudad ideal con las historias ideales para hacer blues?
DP. Puebla es un mosaico de historias, la gente tiene una forma de ver el mundo de manera diferente en esta ciudad —los metaleros ven a la ciudad de un modo, los salseros de otro y los bluseros de otro. El blues tiene la capacidad de mezclar emociones básicas: erotismo, tristeza, emoción, melancolía, depresión y la cachondez. Al igual que en Chicago, la gente tiene malos días en el trabajo. No vamos a hablar de pizcar algodón, sino de lo que nos ocurre en la ciudad.
Puebla se presta para escribir. Un blues al Parián; a la seis poniente. Puebla te marca. Recién pasado el escándalo, cuando íbamos al D. F., y les decíamos que veníamos de Puebla nos comenzaron a etiquetar, luego luego nos dijeron los preciosos. Hay muchas cosas que pasan aquí y a la vez todo sigue igual, no hay avance positivo.
Lo que intentamos es crear circuitos de blues en Puebla, en el D. F. ya se están abriendo los espacios. El domingo 14 de agosto de 2011, en el Teatro Universitario del Complejo Cultural de la BUAP, vamos a hacer un maratón de blues con bandas invitadas, tocaremos 50 minutos cada banda: blues clásico y nosotros con nuestro repertorio. Dentro de las bandas invitadas están Confort Sureño, Híkuri, Blues Walkers y Cuarto Blanco. La idea es ver cómo sale este encuentro de blues, y después buscar la posibilidad de hacer un encuentro internacional.
GG. ¿Cuáles son los grupos que más los han influido?
MP. Al inicio fue el rock clásico y el rock urbano. Comenzamos tocando rock rupestre en el Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la BUAP en los eventos escolares; “Rockdrigo” González fue una de nuestras primeras influencias. Comencé a escuchar el blues de los negros y me encantó, y lo combiné con la influencia del rock mexicano: Jaime López, Armando Rosas. Y después fui a las raíces: John Lee Hooker, Muddy Waters, Sonny Boy Williamson.
DP. Cuando conocí a Martín, usaba mi copete como el de Elvis Presley. Y platicábamos de las canciones que Elvis se había fusilado del blues de los negros; entonces fue cuando decidí echarme el copete hacia atrás.
MP. Es curioso ver cómo muchos jóvenes no saben que canciones famosas de Led Zepellin, The Doors, son originales del ambiente negro, que con ellos no alcanzaron difusión.
DP. Hay una anécdota en la que se comenta que cuando los Rolling Stones, llegaron a la disquera, quien les ayudó a bajar sus maletas fue Muddy Waters, antes de entrar al estudio. Los bluseros, alcanzaron fortuna y fama pero no como los rockstars; grababan discos, tocaban en las noches pero en las mañana trabajaban en una fábrica. Así como nosotros [Risas].
ÓA. Ahora que mencionas esto, en la literatura, al igual que los poetas, los rockstars buscan groupies, ¿los bluseros qué buscan?
DP. A nosotros nos buscan las groupies, ellas llegan solas, nos abrazan y nos besan, nos dejamos querer [Risas].
ÓA. Hace rato que hablábamos del blues que se hace en Puebla y de las letras, vemos que en su nuevo disco, Viejo Blues, tienen dos canciones que se llaman “Echen unas monedas I y II”, ¿es difícil llegar a la gente con canciones que no tienen letras y respetar el espíritu del blues?
DP. Tal vez por la falta de educación musical, en donde se aprecia más la letra puede llegar a ser difícil colocar estas canciones en radiodifusoras comerciales.
MP. Aunque hablando de estas dos canciones son meras improvisaciones.
DP. Martín y Victorio Silva comenzaron a improvisar y así surgieron estas pequeñas piezas de blues.
MP. Tenemos un pequeño blues instrumental que se llama “Tabula Rasa” que tiene la suficiente energía para prender a la gente. El nombre de esta canción es porque así se llamaba el bar donde tocamos hace años en Oaxaca, el cual hace referencia a la teoría de filósofos como David Hume y otros, que decían que nacemos como una tabla lisa o rasa; y que las experiencias nos dan conocimiento. El dueño estaba borracho cuando llegamos, y como se quedó dormido nos dejó todo el día en el bar. Por eso compusimos ese blues instrumental.
DP. O la canción “Sonámbulo”, que no tiene letra. Pero tienes razón, pocas son las canciones que pueden llegar a ser conocidas sin contar con una letra. Pero en el blues puede llegar a ser instrumental porque es rítmico.
MP. Como una confluencia con el jazz.
ÓA. ¿Entonces ustedes no buscan ser populares, a que se vendan millones de copias de sus discos?
MP. Para eso tendríamos que pertenecer a una disquera que nos promoviera. Como músicos independientes es muy difícil lograr la masificación. Lo más que hemos logrado es utilizar el internet para que se difundan nuestras canciones.
DP. Sí nos interesa que nos conozcan, si no, no haríamos discos. Comprende que somos un grupo de blues [Risas].
MP. Ni los mismos de Real de Catorce los conocían al inicio. De hecho una chica en el último concierto se acercó a decirme que le había gustado la harmónica, que la única referencia que tenía de ésta, había sido con Shakira.
ÓA. ¿Les gusta que el blues esté enmarcado en un sino un oscuro?
DP. Somos el blues en persona [Risas]. No es agradable que se cierren espacios ni tampoco lo deseamos, pero tenemos que seguir pese a eso. Aunque a estas alturas ya no tenemos miedo de no alcanzar el cielo. No vamos a lograr ser un grupo famoso.
MP. A nuestra edad los Beatles ya se estaban separando [Risas]. El blues tiene una naturaleza distinta al rock. Podemos disfrutar tanto una velada con tan sólo veinte personas, se hace un ambiente muy íntimo, delicioso, agradable y a la vez prendido, que no necesitamos estar en una tocada ante mil personas. Una tocada con poca gente genera un ambiente que nos retroalimenta, terminamos contentos al finalizarla. Me gusta tocar así sea para cinco, veinte, para doscientas o trescientas personas.
DP. Además, el blusero conforme se hace más grande se va haciendo más sabio; el rockero se va haciendo viejo, el blusero no. Mientras envejece comienza a adquirir más experiencia. Así como los escritores que hacen sus grandes obras cuando son mayores de edad, al blusero le pasa igual. Yo disfruto más en este momento que hace cinco o diez años. En el blues se adquiere kilometraje, experiencias, tocadas. Es un aprendizaje muy especial. Nos haremos viejos y no nos veremos mal tocando blues.
MP. En nuestro fuero íntimo sí nos gustaría que una rola nuestra saliera a la radio. Quizá Radio BUAP tocó algo nuestro; en Tlaxcala nos comentan que Radio Altiplano nos hizo sonar. Estaciones culturales más que comerciales.
GG. Sin embargo, ya son un referente musical en Puebla.
“Sí, cuando nos escuchan ya dicen ‘ah, los viejitos’”
David Pedraza.
GG. Noto en sus discos una identidad, ¿qué tan fácil ha sido adquirirla? Sin querer se asocia el blues con un ambiente melancólico, cuando escuchas a Real de Catorce se nota una atmosfera pesada, sin embargo en ustedes no, se nota mucha vitalidad.
MP. Eso se debe a que es otra vertiente del blues; el blues no sólo es melancolía sino también la energía, la fuerza que puede generar algo al expresarlo con sentimiento. Muchos de los tipos de blues clásicos no son lentos, sobre todo en la etapa cuando se electrifica el blues, cuando la gente emigra a Chicago. El sonido se vuelve agresivo, fuerte. Esa es nuestra vertiente. No tenemos muchas rolas lentas, en la fuerza y la energía está nuestra expresión del blues, y en la honestidad con la que tocamos.
DP. Y la forma de ser original, somos compositores, hacemos las letras. Somos músicos y compositores de blues. Sonamos distinto a las demás bandas, incluso a las del D. F. Es algo inconsciente, no decimos “vamos a sonar distinto que los demás”.
Con todas nuestras influencias hacemos la música y sale de manera diferente, sin pensar. Si te pones a pensar “voy a hacer esta canción, que sea original, que no se parezca, que tenga estilo propio…” ¡no acabas!, no te concentras; lo que hacemos son rolas muy propias. Músicos profesionales no somos, nos salva el ritmo y el feeling. Por ejemplo, José Cruz no tenía voz de negro, pero tenía un feeling extraordinario.
MP. Incluso hay una diferencia entre la grabación y nuestras presentaciones en vivo. Son más intensas de lo que en el estudio se puede captar. Se presta a la improvisación, el ambiente te la va generando.
DP. No hemos logrado grabar un disco en el que yo sienta que tenemos ese calor como cuando tocamos en vivo. Tal vez no falta aprender a mezclar correctamente, la remasterización; vamos aprendiendo poco a poco. Si tú escuchas los primero discos de Botellita de Jerez, están mal grabados —tal vez el Mastuerzo se encabrone por esto pero sí están mal grabados—, como nuestro primer disco.
Es un aprendizaje, porque no hay una escuela que te enseñe bien a hacer blues, a grabar. En México, los estudios no se pueden comparar con los de Estados Unidos.
GG. ¿Cuáles son los proyectos que tiene la Serpiente Elástica?
DP. En el CCU, vamos a tocar el domingo 14 de agosto a las 12:00; pretendemos seguir difundiendo el disco Viejo Blues, buscar tocadas. Queremos grabar discos en vivo y seguir tocando. El material de la Serpiente Elástica lo pueden encontrar en Profética, y principalmente en las tocadas.