Por Marina Gavito
Marte se siente desolado, ha perdido al hombre que le dio vida: Ray Bradbury, un estadounidense como pocos, fue el padre de la ciencia ficción moderna, el encargado de hacer que generaciones se enamoraran de sus relatos y repensaran el mundo. Nacido en Illinois, siempre fue un amante los libros, su vida giraba en torno a ello y a su creación.
Sus relatos cortos pero cargados de grandes mundos e ideas son innumerables, además de escribir cuentos y novelas, se dedicó al guión tanto teatral como cinematográfico e incluso, trabajó en algunos de los guiones de la famosa serie La dimensión desconocida.
La importancia de este hombre radica en que fue uno de los primeros en notar que algo no estaba bien en nuestro desarrollo como civilización, criticó y anticipó la enajenación que producirían los medios, cómo las pantallas nos atraparían y nos harían perder nuestra humanidad. Como es el caso de la mujer de Montag, quien sólo anhela tener las cuatro paredes de su sala cubiertas para poder platicar con “su familia” y no tener que preocuparse por algo más. En “Usher II” el tema de la quema de libros nos hace pensar ¿qué haremos sin esos mundos fantásticos? ¿Cómo abriremos nuevos horizontes si nuestras mentes se secan sin la belleza de las artes?
Él lo dijo: No estaba prediciendo el futuro, estaba intentando prevenirlo. Nos dio las herramientas para pensar e intentar salvarnos de este mundo en el que ahora nos hundimos y nos perdemos. Su habilidad de crear hermosos relatos breves es de reconocerse, es delicioso y potente leer uno de ellos que dejan una extraña sensación de inmensidad y belleza. Sus libros son adictivos, cargados de una belleza surreal y marciana. Es bien conocido que predijo diversos inventos de hoy en día como en su tiempo lo hiciera Julio Verne, pero Bradbury en lugar de asombrarse parecía tener cierto desinterés.
La temática de Bradbury no sólo son marcianos y libros quemándose, es capaz de llevarnos al mundo de los sueños y de las ilusiones; además de eso tenía tópicos como el viaje en el tiempo con todo y sus posibles desenlaces, máquinas fantásticas y reflejar el racismo, las ideas de las clases medias, mostrar un poco de la antigua china y sobre todo darle una voz a los raros que caminan en las solitarias calles lejos del ruido de la tecnología.
Un hombre que escribía acerca de un mundo futuro curiosamente no era amante de la tecnología, se cuenta que nunca tuvo un automóvil o un teléfono. Además de ello nunca estuvo a favor de la digitalización de los libros, fue difícil convencerlo de permitir que Fahrenheit fuera publicado en formato digital ya que para él, este mundo virtual es efímero cosa que pocos logran notar y también compraba la digitalización de los libros con el hecho de ser quemados.
Bradbury nos dejó, se fue a al espacio a su hogar, pero dejó en este planeta una estela de palabras que sigue moviendo el pensamiento y la imaginación de las personas.