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Ciudad de México, 11 de marzo de 2025 (Neotraba)

Me atravesé en su camino. Un padre con sus dos hijas, la mayor tendría entre cuatro y cinco años, caminaba al lado del padre, la otra viajaba en la carriola que empujaba él. La niña mayor preguntó en voz alta, como quien no se da cuenta que está preguntando en voz alta, –¿qué hay debajo del suelo? –Agua– respondió el padre, sin darse cuenta que su hija había preguntado más interesada en su propio pensamiento que en la respuesta. La niña, sin reparar en la respuesta de su padre, dijo –muerte. Y siguió caminando en silencio, satisfecha con su respuesta. Su padre siguió empujando la carriola. Yo sonreí ligeramente.


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