Por Gilberto González.
Hace dos días fui al cine porque ya estaba en exhibición la película de Batman, después de media hora de estar formado, por fin entré a la sala. Lo que siempre se espera con estás películas es un poco más de balazos y explosiones, la verdad es que así fue.
Más allá de lo bueno o malo que se puede señalar de este largo metraje, lo que me resultó más atractivo fue la ideología estructurada con cincel que se plantea. Por un lado el superhéroe que protege las instituciones democráticas y por otro los villanos que defienden la anarquía con el falso discurso de que el pueblo tiene la razón.
Todo ello me hizo recordar la viejas películas de los años ochentas y parte de los noventas en donde la guerra fría estuvo hasta en las salas de cine. Sólo que esta vez es raro porque ya todos sabemos que la democracia neoliberal es la más chinguetas, sino que nos pregunten a los mexicanos. ¿O será que en la atmósfera mundial hay una preocupación por esa democracia que está en crisis?