Crónica 8M.
Crónica de la marcha por el Día Internacional de la Mujer en Puebla. A cargo de Aracely Garza.
Crónica de la marcha por el Día Internacional de la Mujer en Puebla. A cargo de Aracely Garza.
Por Aracely Garza
Puebla, México, 09 de Marzo de 2020 (Neotraba)
Eran 2:30 p. m. y la cuidad de Puebla ya se vestía de morado. Diferentes chicas caminaban por las calles portando carteles, pañuelos verdes y morados en el cuello, cabeza o brazos. Otras iban en el tan conocido RUTA emocionadas, eufóricas. Algunas acompañadas de sus amigas, madres, hermanas, primas e incluso, novios. Otras iban solas, pero haciéndole platica a aquellas que también iban solas para unirse y llegar juntas a su punto de reunión.
Todas las fotografías son de Aracely Garza.
Eran 2:45 p. m., las mujeres ya invadíamos Fiscalía, Centro, Mercado Hidalgo, Boulevard 5 de mayo y la gente se volvía loca por el tráfico que “provocábamos.” Impotentes tocaban su claxón y avanzaban lentamente sin antes mirar a todas las mujeres ya congregadas listas para partir.
Dieron las 3:00 p. m. Aquellas que iban retrasadas corrían para integrarse a un contingente o buscar a sus amigas. Otras caminaban lentamente admirando la bella escena que se posaba enfrente. No eran 5, no eran 10, ni siquiera eran 100. Miles de mujeres estaban listas para salir e iniciar la marcha. Algunas reían, otras lloraban, muchas más tocaban y cantaban o gritaban unidas las consignas: ¡Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos!, ¡Y ahora que estamos juntas! ¡Y ahora que si nos ven! ¡Abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer! ¡Y arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer!
Mientras marchábamos, 10 mujeres murieron a manos de hombres que se sintieron dueños de ellas, de su cuerpo. Hoy muchas sintieron una rabia inundar sus cuerpos y pintaron las estaciones del ruta que tanto protege el gobierno. Las paradas de autobuses en las que muchas hemos esperado y sufrido acoso al mismo tiempo. Pintaron el Ángel Custodio, aquel por el que muchas veces has pasado e incluso visto, pero sin encontrarle forma. Siguieron con las paredes de Juan de Palafox y mientras todo eso ocurría, muchas las veíamos con tristeza, orgullo y felicidad mientras gritábamos:¡Las pintadas se borran, las mujeres no regresan!
El 8 de marzo miles de mujeres salimos a manifestarnos en las calles de Puebla. Gritamos, lloramos, cantamos y nos sentimos seguras, protegidas, amadas, pero también sentimos la ausencia de aquellas que ya no estaban, las que no van a regresar. Caminamos por aquellas que ya no lo harán, pero también pedimos justicia para ellas, para nosotras, libertad y respeto, seguridad y paz. Y como dijo Yessenia Zamudio: “Y la que quiera romper que rompa, y la que quiera quemar que queme, y la que no, que no estorbe.”