Un libro que se convierte en tonos claros llenos de reflexión cuando tienes la oportunidad de viajar por las historias en las que nos envolvió Yarezi, historias con las que nunca volveremos a ser los mismos. Escribe Adriana Barba.
Roberto Wong nos ha entregado una novela que se percibe a sí misma y podría ser una Biblioteca de Babel: memoria ramificada, libros infinitos donde cabe el infinito en cada uno, una reseña de Isaí Moreno.
Los cuentos de Selene Carolina Ramírez se circunscriben en un punto equidistante entre Schrödinger y Fey, puesto que al sumergirse en ellos se nos muestran al mismo tiempo al menos dos realidades posibles: la evidente y la que subyace, escribe Gerardo H. Jacobo.
Aída López Sosa reseña Revelaciones: 29 imágenes del acervo de la fototeca Pedro Guerra que inspiraron a 17 autores para crear 30 obras en distintos géneros literarios.
El autor nos lleva a descubrir qué hay más allá de la cotidianidad y del futuro que creemos será el nuestro; nos sorprende, nos confunde y nos asusta de tal manera que al terminar el libro es difícil volver a la realidad. Una reseña de Debbora Espinoza.
David V. Estrada escribe sobre los 10 años de esta obra: dos fantasmas se sientan en una banca para contar su historia de amor en un pueblo del norte de México, con proporciones narrativas y actorales expansivas y con gran trabajo corporal.
David V. Estrada reseña una obra de teatro que cuestiona por qué una persona, después de experimentar el infierno en carne propia, puede encontrar el sentido de la vida.
David V. Estrada reseña Fin de partida, un clásico del teatro del absurdo de Samuel Beckett, quien, con un toque de comedia y su agridulce desazón por la vida, dejó un raro testamento que provoca risas incómodas, espanto y delirio.
Lorena Garduño reseña el poemario Cualquier punto puede ser altura de Frida López Rodríguez: universo organizado de texturas que ilustran la pluralidad de los aspectos más pragmáticos de los días, las sensaciones humanas y los contrastes que la componen, de tal manera que la fusión de la ternura y la violencia; la pobreza capital y la riqueza de las tradiciones gesta una marca firme de un México enraizado en el tiempo.