El lenguaje de las cosas en el fuego
El fuego guarda en su memoria todas las historias que se han contado en torno a él, y al compás de su destrucción, baila. La columna de Juan Jesús Jiménez.
El fuego guarda en su memoria todas las historias que se han contado en torno a él, y al compás de su destrucción, baila. La columna de Juan Jesús Jiménez.
Juan Jesús Jiménez escribe sobre cómo se incendia este país: Y los fantasmas andan a espaldas de los vivos que los buscan. Y los fantasmas comen con la boca de los vivos que padecen hambre. Y los fantasmas hablan con la garganta oscura que ofrece la tierra cuando se descubre una fosa.
Sobre la muerte de una mascota escribe Juan Jesús Jiménez: A decir verdad, mientras sostenía a Candy deseaba equivocarme respecto a Dios, porque si Dios existe, pienso que lo menos que puede hacer es sentarse con nosotros, abrir una caguama y explicarnos todo lo que pasó. Candy, en ese caso, se haría del baño en la sala de Dios. Y me daría mucho gusto que lo hiciera.
Una persona cercana a Juan Jesús Jiménez recientemente visitó el restaurante Quintonil, mientras él comía bisteces con su padre y su abuelo. La reflexión gira en torno a lo que no es México y a las elecciones.
Juan Jesús Jiménez escribe en su columna una alegoría entre la cocina y la derrota francesa del 5 de mayo de 1862: Las espinacas y el conde de Lorencez tienen algo en común. Porque por sí solos no parecen tener sabor, es más, amargan.