Aracely Garza escribe una reflexión sobre la marcha que se llevó a cabo en la ciudad de Puebla a favor de la decisión de las mujeres para abortar: la gente en Puebla no lee, no se informa, tengo derecho a decidir sobre mi cuerpo y mi futuro.
Por Aracely Garza
El pasado jueves nueve de agosto se llevó a cabo la votación para que se promulgara la ley de aborto legal en Argentina, donde, por desgracia no se aprobó.
Durante el momento en que lo senadores estaban reunidos, en toda Latinoamérica se llevaron a cabo varias marchas en apoyo a todos los ciudadanos argentinos que esperaban ansiosos afuera del parlamento argentino con pancartas y pañuelos color verde.
Entre todos los países Latinoamericanos que hicieron marchas estaba México, y en el estado de Puebla, también se llevó a cabo una marcha en la que participaron alrededor de 70 mujeres que fueron convocadas a través de redes sociales por el grupo “Coatlicue, Siempre Viva.”
Tuve la fortuna de ver esta marcha cuando estaba a metros de llegar al Palacio Municipal de la ciudad de Puebla y también fui testigo de uno de sus gritos…“Nosotras decidimos, nosotras parimos.”
También vi cómo hubo gente que arrancó los carteles que pusieron en toda avenida Reforma los cuales decían “Educación sexual para decidir. Anticonceptivo para no abortar. Aborto legal para no morir.” E incluso los rayaron poniendo “vida” o “familia”… ¿Por qué nuestra ciudad no puede mostrarse respetuosa ante esta pequeña multitud de feministas que luchan por un bien común?
También hubo insultos hacia estas mujeres que marcharon por la aprobación de una ley en donde no solo deciden sobre su propio cuerpo, sino que ayudan a un futuro niño a no crecer bajo la violencia de unos padres que no se aman y estén en constantes peleas (si es que uno de los dos no se va), a no vivir sin amor o una buena educación y una baja economía.
He escuchado comentarios sobre el tema, de personas mayores que dicen “Que si se apruebe, pero solo para mujeres violadas”, “No debería aprobarse, si ya abriste las patas hazte responsable”, “Es un ser vivo y ya siente y no merece morir por la culpa de una madre que no lo quiere ni se cuidó”, “Si no lo quiere que lo tenga y que lo dé en adopción después.” Pero también de jóvenes que dicen “Si se legaliza todas querrán hacerlo” “¿Por qué no se protegieron habiendo tantos anticonceptivos?” “Ponen en riesgo las dos vidas.”
Y al escuchar todos estos comentarios me pregunto ¿Necesito ser violada para poder decidir? ¿No es acaso mi cuerpo y yo decido sobre él? ¿Por qué debería tenerlo y luego darlo en adopción? ¿No eso es aún peor que abortarlo?
Solo traería un niño al mundo a sufrir, no tendría el amor de una madre ni de un padre (si es que ambos quieren hacerse responsables), viviría bajo constantes peleas de ambos padres (o de uno solo) creando un entorno de violencia que afectaría gravemente su desarrollo, sin mencionar una baja economía en el caso de que los padres sean menores de edad. Y si el niño es dado en adopción puede resultar peor, pues quizá no recibirá una familia ni el amor que ésta te da, puede preguntarse constantemente ¿por qué me dieron en adopción? ¿Por qué no me querían mis padres? Lo que les acarrearía conflictos de identidad y desconfianza en ellos mismos. Sin mencionar que la mayoría de estas casas hogares/orfanatos se mantienen de donativos y no les pueden proporcionar a todos los niños la educación, atención y amor necesario creando en algunos casos delincuentes, pues conforme van creciendo son menos susceptibles de ser adoptados. Y ya no hablamos de los requisitos burocráticos que se solicitan en Puebla para la adopción de un menor.
No, no abrí las patas sin protegerme y no es mi culpa. El condón se rompió y no tenía dinero para una pastilla del día siguiente, las pastillas anticonceptivas no funcionaron, etc. Sin embargo a la única que se culpa es a la mujer…
Pero ¿y si no me protegí?, ¿y si soy menor de edad? Un niño arruinaría mi vida, no es ser una irresponsable, es ver por el futuro de todos.
No. Al legalizarse el aborto no será más concurrente ni pondremos las dos vidas en riesgo, estaremos evitando muertes por aborto clandestino, menos niños que sufran de violencia intrafamiliar, mala educación y mala situación económica en el estado.
La gente en Puebla solo habla, no se entera, no se informa, no lee, no sabe que el embrión no siente y que éste sería abortado durante las primeras catorce semanas de gestación.
Tengo derecho a decidir sobre mi cuerpo y mi futuro, todas lo tenemos y es una lucha que debemos llevar acabo como mujeres. No le faltamos el respeto a nuestro cuerpo por decidir no tener un bebé, no estamos obligadas a tener uno si no lo queremos y no necesitamos ser abusadas para poder abortar.
