Un Accidente Imaginario
Cuántas veces podemos tropezar con alguna situación singular, que a lo lejos puede engañar a los ojos y por lo tanto, podemos equivocarnos.
Cuántas veces podemos tropezar con alguna situación singular, que a lo lejos puede engañar a los ojos y por lo tanto, podemos equivocarnos.
Por Alberto Jorge Zárate Ramos
La imagen del día se construye en la 2 sur, casi con esquina de la 21 poniente en la ciudad de Puebla, México, a un costado se encuentra el mercado de las cemitas, se trata de un evento que llama la atención de varios, ya sea por morbo o hambre de información. La gente se asoma a observar el espectáculo involuntario provocado entre un transportista y una patrulla. Quiero jugar un poco con la imaginación, recordando ese dicho “una imagen dice más que mil palabras” y recordando que hay que preguntarse… ¿qué palabras? ¿Son ciertas o falsas? Cuántas veces podemos tropezar con alguna situación singular, que a lo lejos puede engañar a los ojos y por lo tanto, podemos equivocarnos: aparentemente la patrulla intentando dar una vuelta cerrada “accidentalmente” dio un ligero golpe, que al parecer no buscaban pagar.
Un accidente, según la real academia de la lengua española, es del latín accidens, entis y significa “Cualidad o estado que aparece en algo, sin que sea parte de su esencia o naturaleza. Suceso eventual que altera el orden regular de las cosas o suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas”.
Acto involuntario, ¿quién de nosotros, no ha sufrido un percance de éstos? El problema no es sufrirlo, sino las consecuencias y cómo estás afectan de diferente manera dependiendo de la posición socio-cultural en la que nos encontremos por ciertos estatus de la índole que quieran mencionar.
Si se es poseedor de un “puesto de poder”, acaso nos alcanzan las consecuencias, o éstas son desplegadas a los que se encuentren cerca, es más fácil dejar a un lado la responsabilidad de nuestros actos, y conozco poca gente que es capaz de aceptar sus errores y asumirlos con responsabilidad. ¿Si no se es poseedor de ese “poder” acaso podemos ser capaces de hacer algo? Quiero pecar de ingenuo y creer que sí, sin embargo la experiencia me enseña que cuando se hace, la gente te hace a un lado por no convenir a sus criterios (y me atrevo a decir “populares”). Después de todo, buscamos sobresalir y ver que alguien más lo hace en lugar nuestro, causa conflictos del inconsciente. Hagámonos más conscientes de nuestros actos, responsabilicémonos de ellos y… no sé en que acabó la historia de la foto, sin embargo… parece que por ser un accidente visto por muchos, tuvieron que hacerse responsables, ojalá… no es justo que los que imparten la ley, sean los primeros en romperla.
El imaginario se queda con el final que cada uno le quiera dar a esta imagen, el final que debería ser, o el final que nadie sabe qué fue, pero está en la imagen nuestra de cada día.
Alberto Jorge Zárate Ramos, Antropólogo Visual.
Contacto: kadem_623_@hotmail.com