Donald Trump, Nayib Bukele y el inigualable Pedrito Mairal
Gabriel Duarte escribe sobre dos personajes controvertidos de la política mundial. Y nos recomienda una novela que habla sobre escribir una novela después de un largo viaje.
Gabriel Duarte escribe sobre dos personajes controvertidos de la política mundial. Y nos recomienda una novela que habla sobre escribir una novela después de un largo viaje.
Por Gabriel Duarte
Ciudad de México, 1 de diciembre de 2024 (Neotraba)
Insensatos lectores: el gran Ismael Serrano comienza una canción con los siguientes versos: “Últimamente ando algo perdido, me han vencido viejos fantasmas, nuevas rutinas y en cada esquina acecha un ratero para robarme las alhajas los recuerdos, las felicidades. De un tiempo a esta parte llego siempre tarde a todas mis citas y la vida me parece una fiesta a la que nadie se ha molestado en invitarme…”
Más adelante la canción reza lo siguiente: “últimamente planeo una huida para rehacer mi vida probablemente en Marte, seguro que allí no hay nadie empeñado en aconsejarme: Ismael, qué te pasa, no estudias no trabajas…”
Y se preguntará usted, legendaria damita, aguerrido caballero, ¿y eso a mí qué sopletes me importa? En realidad, creo que nada y, para ser muy franco, a mí tampoco. Es sólo que me gusta mucho la canción. Mágicamente sonó en mi lista de reproducciones y no sabía cómo empezar a escribir este sermón dominical. Pero ya que andamos en esas, debo confesarles que en ocasiones sí he llegado a sentirme como trapo de gasolinera. Creo que hay días en que a cualquiera le dan ganas de buscar un departamento con residencia en Júpiter.
Como les comentaba hace un tiempo, Joan Manuel Serrat fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias. En su discurso dijo unas palabras que me calaron hondo: “les confieso que no estoy conforme con el mundo y con el tiempo que me tocó vivir recientemente. Vivimos una época hostil, poco solidaria, donde los valores morales han sido sustituidos por la avidez del mercado y donde todo tiene un precio.”
Para ser honesto con todos ustedes yo tampoco estoy satisfecho con el mundo que hemos creado. Una de las razones por las que escribo radica en esta incomodidad y pienso que expresarlo puede ser una forma de compartirlo y de encontrar cómplices para allanar un poco el camino. Pero también para tomar decisiones porque, a fin de cuentas, la vida se trata de hacer y no de suponer.
Encuentro dos vertientes en este asunto. Me explico: esta mañana me despierto y el periódico me recibe con la noticia de que Donald Trump volverá a la Casa Blanca y lo hará como aplanadora. Los republicanos también ganaron el Senado y la Cámara de Representantes.
Lo que me cuesta más trabajo comprender es lo siguiente: el discurso anti-inmigrante e incluso las expresiones de un comediante que lo apoyó en campaña, de calificar la isla de Puerto Rico como “basura flotante”, no hicieron mella en las simpatías latinas. Por el contrario, a nivel nacional, Trump habría obtenido un 40 por ciento del voto latino.
Según escuché, los estadounidenses, incluso los latinos que viven allá, le dieron una carga especial a la economía y por esa razón inclinaron su voto hacia Trump. Por otra parte, no se sentían del todo bien sabiendo que una mujer pudiera gobernarlos (¿y nosotros somos los tercermundistas?) Así que, esa fue una de las razones por la que Kamala Harris no logró el triunfo.
Por si no fuera suficiente, Trump fue hallado culpable por falsificación de registros comerciales en el estado de Nueva York y está enfrentando varios procesos judiciales, incluyendo el de conspirar para interferir la transferencia pacífica del poder en 2020. ¿Recuerdan el asalto al Capitolio?
Cabe mencionar que el angelito color naranja también sufrió dos atentados y aun así su discurso agresivo e insultante no cambió en nada.
Por lo pronto, los mercados reaccionaron negativamente con una caída en ciertas bolsas del mundo. En nuestra nación el billete verde incrementó su valor alcanzando un precio de: $20 pechereques con 77 centavos.
Creo que hay que prepararnos porque seguramente volverán las amenazas, la denostación y el desprecio por parte de este individuo hacia nuestro país.
Según entiendo, Claudia Sheinbaum afirma que “no hay ningún motivo de preocupación.” ¿Será? Un día antes de terminar su campaña, Trump amenazó a nuestro Gobierno. Si no se toman medidas en el tema migratorio EUA impondrá aranceles del 25% a todos los productos que México envíe hacia la frontera norte. Además de que planea realizar una deportación masiva de indocumentados a nuestra nación. ¿Seguirá pensando en encargarnos la construcción del muro? (no dudo que la 4T le proponga hacerlo y hasta incluirle un segundo piso para poder cobrar doble peaje).
Por si algo faltara, el flamante presidente electo, afirma que los migrantes generan una embestida de criminales y droga hacia su país. Me pregunto yo si en estos temas tendrán algo que ver ellos mismos. Hasta donde sé en Estados Unidos se pueden comprar armas hasta en un súper mercado. Y también sé que EUA es uno de los países donde se registran los mayores niveles de consumo de drogas a nivel mundial.
En todo este entorno, me surgen algunas cuantas dudas: ¿de dónde provienen las armas con las que se confrontan los cárteles mexicanos? ¿Por qué será tan fácil juzgar a otros de nuestros propios desastres? ¿Será que en Estados Unidos no hay cárteles y tampoco hay narcos? Por otro lado: ¿qué nos deparan los próximos cuatro años?
En lo que respondemos las preguntas anteriores, creo que es importante decir que a pesar de todos los pasares, reclamos, objeciones, jaloneos, mentadas de madre, quejas y sugerencias, nos guste o no, Donald Trump fue elegido de un modo democrático y eso hay que respetarlo y tenerlo en cuenta.
Les expongo la otra vertiente de la que les hablaba en un principio. Me refiero al caso de El Salvador. Hasta donde sé es el país más pequeño de nuestro continente. En él viven aproximadamente 7 millones de personas (en la ciudad de México y la zona conurbada somos más de 22).
En 2015 tuvo 6,656 homicidios, uno de sus años más violentos. En ese entonces, El Salvador solía estar entre las naciones más peligrosas del mundo. Para 2023, los homicidios disminuyeron, llegando a 154.
¿Qué sucedió? La respuesta al parecer es sencilla: encarcelaron aproximadamente al 2 por ciento de la población. Concretamente a las pandillas salvadoreñas, mejor conocidas como Maras. Esto se logró a través de un estado de excepción que ha durado más de dos años. Dicho estado consiste en suspender el derecho de asociación y permite a las autoridades intervenir tanto la correspondencia como la telefonía celular de las personas que se consideran sospechosas.
Aunado a esto, se construyó una cárcel gigantesca con capacidad para 40 mil presos, denominada (CECOT). Hasta donde entiendo las condenas de los pandilleros van de los 45 años a la cadena perpetua.
Todo esto no sucedió como el embarazo de la virgen María. No, señor. En este caso sí tenemos a quien culpar. Quizás todos hemos escuchado hablar de Nayib Bukele. Presiente salvadoreño desde hace cinco años. Podemos afirmar que él es el responsable directo de estos cambios en tierras salvadoreñas.
En días recientes la curiosidad me orilló a investigar un poco. Me encontré un discurso que Bukele dio en la sede de las Naciones Unidas. Les comparto algunas ideas sueltas que me dejaron pensando:
“Hace unos años, El Salvador solía ser uno de los lugares más oscuros de todo el planeta, pero en poco tiempo nuestra nación renació, porque nos recordamos a nosotros mismos que la libertad se toma, no se da ni se regala. Y como todo lo que vale la pena tener, la libertad también necesita cuidado y mantenimiento.”
“Fuimos ingenuos al pensar que otros países nos salvarían o que otras naciones nos regalarían nuestra liberación por simple bondad. Tuvimos que entenderlo para luego romper nuestras cadenas nosotros mismos y reclamar nuestro derecho legítimo a ser libres.”
“La primera responsabilidad de un gobierno es con su propia gente y también es responsabilidad del pueblo salvadoreño tomar el destino en sus propias manos.”
“Tal vez se pregunten: ¿cómo es que una nación tan pequeña puede levantarse en tan poco tiempo? Probablemente esa no sea la pregunta que deberían hacerse, quizás deberían estar haciéndose otra pregunta: ¿cómo es que el resto del mundo está cayendo tan pronto?”
“Algunos dicen que hemos encarcelado a miles, pero la realidad es que hemos liberado a millones. Hoy la gente en El Salvador, puede caminar con tranquilidad en las calles, sin miedo y sin el temor de perder sus pertenencias o incluso la vida. Muchas naciones no pueden decir lo mismo.”
Al final de su discurso propone la creación de un arca, emulando a Noé, para intentar llevar a mejor puerto el destino del mundo. Las últimas palabras de su exposición son las siguientes: “Dios bendiga a la humanidad.” Entiendo que si aún viviera Benito Juárez seguro va a El Salvador y lo madrea. Bukele ha sido muy criticado por mezclar política y religión.
Todo lo anterior suena muy bien, pero no hay que perder de vista que las organizaciones que velan por los derechos humanos no están de acuerdo con la política Nayib. Se reportan varios casos de presos muertos en la megacárcel que construyó. Y seguramente habrá muchos presos inocentes bajo las rejas (sólo por tener un tatuaje). También hay una dura crítica por la falta de procesos judiciales para encerrar a los delincuentes que, a pesar de cualquier cosa, no dejan de ser ciudadanos.
Por último, creo que es importante mencionar que todo el poder de esa nación reside justamente en su Presidente, pues Bukele es prácticamente dueño de la Asamblea Legislativa y de la Suprema Corte de Justicia. Y por si con esto no fuera suficiente, el señor Nayib se autoreeligió para seguir al frente del Poder Ejecutivo.
En fin, creo que cada quien deberá formarse un juicio propio. ¿Será mejor Presidente Trump o Bukele? (quizás yo prefiera a Judas). Yo sólo puedo concluir que no sé bien qué piensen los políticos y si duermen el sueño de los justos. Lo que sí sé es que tengo media existencia por delante y que tengo un compromiso muy grande conmigo mismo para encontrarle algún sentido a este asunto llamado vida.
Para finalizar, debo decirles que hace un tiempo me rifé un librazo del gran Pedro Mairal cuyo título es La Uruguaya. Y se preguntará usted, gentil damita, temerario caballero: ¿de qué trata el libro? Digamos que va de un zoquete que tiene una esposa con la que no se lleva muy bien, de tal manera que decide arreglar su matrimonio consiguiéndose una amante (brillante el sujeto, ¿no?).
El mequetrefe en cuestión se llama Lucas Pereyra, vive en Argentina y anda súper roto. Casualmente es escritor y no encuentra trabajo (¡qué raro!), pero de un momento a otro lo contratan para hacer un libro y le van a pagar chingos de dólares por adelantado, así que, tiene otra brillante idea: pide que le envíen el dinero a Uruguay y, según él, va a matar dos pajarracos de un chingadazo. Por un lado, verá a su novia, cuyo apellido es Guerra; y, por otro lado, conseguirá un mejor tipo de cambio y así obtendrá más dinero.
Resulta que al final del final, sí ve a la chica, pero no echan pasión y, para chingarla de acabar, pierde todo el dinero (¡fuerte el aplauso!). Y como se deben estar imaginando termina resolviendo su matrimonio, pues se divorcia.
Lo mejor es que después de toda esta aventura acude a visitar a su maestro y le dice que en verdad es un tipo muy afortunado porque no está bien recibir dinero sin siquiera saber qué chingados iba a escribir. Le explica que seguramente iba a narrar una novela desabrida, sin alma y sin sentido, y le recomienda que escriba todo lo que le ocurrió en ese viaje tan peculiar.
Y hasta que, por fin, el señor Lucas Pereyra deja de hacer tanta pendejada y hace algo bien: escribió lo sucedido y le salió tremendo novelón. Si tienen tiempo y no tuvieran nada mejor que hacer denle un vistazo a La Uruguaya. Les aseguro que no se arrepentirán.
Cualquier queja, duda o sugerencia, con esta columna que no sabe ni de qué lado pega el diúrex, favor de dejar su comentario, encantadora damita, salvaje caballero.
Gabriel Duarte. Ciudad de México 1972. Es Licenciado en Mercadotecnia por la Universidad Tecnológica de México. Estudió literatura en SOGEM. Está por publicar su primera novela.