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Vista de la Biblioteca de la Universidad Politécnica del Estado de México (actualmente), cortesía de Juan Nicolás Becerra para Neotraba.
Vista de la Biblioteca de la Universidad Politécnica del Estado de México (actualmente), cortesía de Juan Nicolás Becerra para Neotraba.

Por Juan Nico Becerra.

Cuando decidí ser Bibliotecario nunca imaginé a lo que me llevaría este oficio tan honorable de trabajar para y con libros, siempre he tenido aspiraciones lectoras y por qué no, ser Juez de Línea para que las Bibliotecas mejoren su condición ante la sociedad.

Hoy estos espacios gozan de referencias de vanguardia y modernidad, sin embargo la realidad es otra: hace 9 años me dieron las llaves de una puerta de un salón de primaria y me dijeron “ahí tienes tu Biblioteca”, aunque se trataba de una institución de educación superior. Era un espacio con un montón de libros en unos estantes para un almacén y con un desorden desbordado, qué ironía para un recinto que supuestamente evoca la organización del conocimiento; suspire y me dije “otro lugar abandonado”.

Es común que las instituciones educativas no apoyen sus Bibliotecas. Me puse a revisar libros, sacarlos de las cajas, intercalarlos, sellarlos, catalogarlos, clasificarlos para ir conformando una base de datos y al fin logré colocar la primera etiqueta y código de barras; el primer libro seleccionado que sufrió la organización  fue uno de Estática, el Hibbeler un clásico de las Bibliotecas de Ciencia y Tecnología, lo mostré a mi Jefe inmediato sin obtener motivación alguna.

El espacio contaba con una barra que separa la estantería de una pequeña sala de lectura; esa barra era más parecida a la de una cervecería que un mostrador de biblioteca; en fin ahí tenía mi material disperso y listo para recibir las logradas etiquetas cuando de pronto entró el Rector sin previo aviso: en ese lugar se realizaba la Junta de Gobierno, me saludó muy atento y  me dijo que si había iniciado a automatizar la colección, contesté afirmativo y a la vez sorprendido. Pude percibir a una persona con dominio y conocimiento del objetivo de una Biblioteca en una Universidad.

Vista de la Biblioteca de la Universidad Politécnica del Estado de México (antes), cortesía de Juan Nicolás Becerra para Neotraba.
Vista de la Biblioteca de la Universidad Politécnica del Estado de México (antes), cortesía de Juan Nicolás Becerra para Neotraba.

Ahí cambio todo y comenzó una aventura de cumplimiento a peticiones y entrega de herramientas necesarias para posicionar un área y transformarla de un salón cerrado en un área funcional y vertebral de apoyo a la docencia e investigación. Para lograrlo fue necesario establecer un diálogo académico con conocimiento de causa y sobre todo elocuente con el Rector, además de plantear las posibilidades que da estructurar una Biblioteca bien planeada desde sus cimientos.

Hablar del proceso de crecimiento de corto y mediano plazo daría para una ponencia en un Foro de Bibliotecas; hoy al fin se cuenta con un Centro de Información y Documentación ex profeso, que goza de las bondades de proporcionar Servicios Bibliotecarios Automatizados en un espacio generoso donde convive el empeño de las Bibliotecas con la cultura, el arte y la literatura.

En una condición donde nuestras Bibliotecas son insignificantes y casi transparentes para los Gobiernos e Instituciones este hecho es de lo más meritorio de compartir y de imparcial reconocimiento a todos los involucrados.

Las posibilidades son muchas sólo hay que atraparlas.

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