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 "Foto por Alberto Jorge Zárate."
“Foto por Alberto Jorge Zárate.”
Por Alberto Jorge Zárate.

Ex. 20, 3-5

“No tendrás otros dioses fuera de mí.

No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba,

en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra.

No te postres ante esos dioses, ni les sirvas.”

 

Nos encontramos a escasos días de que comience la “Semana Santa”, los preparativos se están haciendo y las listas de lo que hay que llevar para vacacionar se comienzan a escribir, algunos piensan en lo que han de comer, otros los pecados que han de pagar, algunos que se van a misionar y pocos más que gracias a nada o nadie tendrán días para vagar.

Independientemente de lo que piense cada uno de nosotros, y de la forma en como queramos entender el concepto llamado fe, que encuentra su base en la religión, deberíamos de pensar qué podemos hacer en estas semanas de descanso que no sólo sea pasear. Algo me queda claro, que debemos de ir y regresar con cuidado. Aunque parece que ahora el mayor riesgo no se encuentra en salir, sino en el diario vivir.

Nos hace falta esa protección, no la que da un bulto de cerámica o yeso, no la que se vende en forma de gato ictérico, o de hombre obeso que al que se necesita rascar la panza, o de la sábila envuelta en tonos carmín. Nos hace falta una protección más importante: la que se hace entre comunidad, no importa la religión que se profese, ideas o demencias, mientras no sepamos hermanarnos, nada haremos y los que se encargan de regirnos se aprovecharán de ello.

¿Habrá que encomendarse a santos y vírgenes?, ¿habrá que rezarle a un elefante?, ¿hay que dejar de beber café?, ¿tenemos que raparnos y vestir de blanco?, o ¿encomendarse al Diego o a la fuerza? Ya no podemos decir que no tenemos opciones, opciones existen, cada loco con su idea, cada loco con sus locuras -y que se manifiesten sin dañar al otro-, respetando, aceptando y no queriendo obligar a nadie a ser como yo soy. Hay quien busca que los que tenemos una preferencia heterosexual, nos encontremos con nuestra sexualidad diversa, ahora hay quien busca que dejemos de hacer lo que nos satisface y muchas veces son los primeros en gritar y exigir respeto. En definitiva, no se trata de lo que creas, se trata de vivir en paz, sin crear conflicto y tratando a los demás, como si se tratará de uno, con respeto y sin obligación.

Al menos ese es mi punto de vista, tómenlo, deséchenlo, hagan con él lo que mejor les parezca, al final, se trata, sólo de la imagen nuestra de cada día, regresamos…

 

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