La doble vida de Jesús de Enrique Serna muestra con humor y pasión la vida de un hombre para sí mismo y así con la política de un estado que se consume en sangre, traición y crimen. Escribe Adonai Castañeda
Por Adonai Castañeda
Puebla, México, 29 de junio de 2019 (Neotraba)
Él se entregó por nosotros para rescatarnos
de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.
Tito 2:14
El funcionario Jesús Pastrana busca el ascenso a la alcaldía de Cuernavaca, aunque a diferencia de lo habitual, con rectitud y honestidad. Lo que no entiende es que los poderes institucionales y el narcotráfico se han mezclado en diferentes estratos del gobierno. Pastrana se mueve en una Cuernavaca sangrienta, vengativa e inmoral mientras esconde a la sociedad un amor prohibido, cuya identidad puede impedirle el ascenso y manchar su reputación política dentro del mundo burocrático.
Con la novela La doble vida de Jesús (Alfaguara, 2014), el escritor mexicano, Enrique Serna, demuestra su habilidad narrativa en la literatura política. Sus capítulos dejan sin aliento al lector de manera constante, lo cual agiliza su lectura. Otra de las cualidades que posee es su apuesta a la reflexión política como una forma de entender al país y de provocar un cambio incluso desde las más bajas trincheras.
Serna nos presenta a personajes complejos y verosímiles con ambiciones distintas que, poco a poco, se van complementando para dotar de un espíritu polifónico a la novela. El humor negro filtrado en la narración –como en la mayor parte de la obra del autor–, saca a relucir el rostro deforme de México. Critica los aparatos políticos y denuncia la violencia que atraviesa el país en su cotidianidad. Por ello en La doble vida de Jesús es común encontrar amenazas públicas, asesinatos crueles y traiciones.
La otra cara del país se ve reflejada en la familia de Jesús, con su esposa Remedios y sus hijos; el apoyo del pueblo y la nostalgia por el pasado. Pastrana se enamora de Leslie, un transexual que se prostituye para vivir, reivindicando así su recuerdo de la amistad malograda con su único amigo en el colegio, un chico homosexual de nombre Gabriel Ferraro. El amor prohibido se inmiscuye en la carrera política de Pastrana, llevándola hasta sus últimas consecuencias.
Como su nombre lo indica, la narración ronda en dos latitudes: el Jesús político, impecable y recto en contraposición con el otro Jesús, aquel que se esconde más verdades a sí mismo que al mundo. Este último vive todavía en el pasado y sigue en busca de un destino que ya no es suyo. Jesús, como hombre polifacético, sigue sendas peligrosas, obstinado y valiente ante los poderes más fuertes y podridos del país.
Serna nos hace partícipes de un acontecimiento electoral y nos hace vivir en carne propia las peripecias y emociones de los personajes. Muestra con humor y pasión la vida de un hombre para sí mismo y así con la política de un estado que se consume en sangre, traición y crimen. La doble vida de Jesús explora la lucha del poder y por otro lado, quizás el más importante y simbólico, la necesidad del sacrificio; sacrificio que recuerda mucho a la imagen del martirio de Cristo.
Enrique Serna, La doble vida de Jesús, Alfaguara, México, 2014, 342 pp. ISBN 978-607-113-566-7
