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Fotografía cortesía Andrea González.
Fotografía cortesía Andrea González.

Por Andrea González.

El aumento del conocimiento depende por completo de la existencia del desacuerdo.

Popper

Tratar de definir la ciencia puede sonar muy complejo y muy perturbador. Y es que en realidad lo es. El problema es tan grave que hemos tenido que recurrir a crear una ciencia de la ciencia, la cual conocemos como epistemología o filosofía de las ciencias, que a diferencia de la ciencia no pretende caer en dogmatismos ni en verdades absolutas, y que más bien resulta un “intento de análisis” ante tan elaborado problema.

La ciencia que surge como un producto de la sociedad, ha caído ante el prejuicio, desencadenando diferentes conflictos, que concluyen en dicotomías. Éstas pueden clasificarse en términos del método, del lenguaje o  de la división de las ciencias.

Comencemos por el método científico. Éste ha tratado de tener una inserción en las ciencias tanto sociales como naturales, lo que evidentemente conlleva a la homogeneización del pensamiento. Sin embargo, éste no es el problema central. El verdadero problema radica en los pasos del mismo. El primer problema inherente al método es el relacionado al objeto de estudio. Así podemos encontrar diferentes posturas como la de Wohes o Myrdal, que defienden la postura de objeto de dado y objeto creado, respectivamente. Esta postura nos da una pauta de contradicción entre un objeto “objetivo” o un objeto “subjetivo”.  En segundo lugar tenemos el problema de la prueba, por ello es importante cuestionarse si lo que obtenemos a partir de la misma es un resultado real o meramente mental. Finalmente, podemos encontrar el inconveniente de la verificación, ya que, éste encuentra su antítesis en el falsacionismo de Popper, el cual proviene de la tradición galileana y que por tanto elabora un esfuerzo para seguir dentro de la misma línea científica.

Por otra parte tenemos la dicotomía entre el lenguaje común y científico. Hipotéticamente podríamos aseverar que la ciencia (específicamente natural) posee un lenguaje de validez universal y que por tanto, sería objetivo, sin embargo, si el lenguaje científico es creado a partir del lenguaje social, y lo social de acuerdo con Schutz podría ser un conjunto de intersubjetividades, éste lenguaje resultaría meramente subjetivo. En segundo lugar el hecho de ocupar definiciones podría llevarnos al error en tanto una definición es la igualación de términos conocidos, hecho que implicaría una redundancia. Finalmente, un problema no menos importante en términos del lenguaje es tratar de definir teoría. El problema es que hemos caído en un relativismo a tal grado que una teoría puede definirse como  algo comprobado o puede ser simplemente una hipótesis.

Por otra parte, debemos analizar  la clasificación de las ciencias para comprender el problema que representan. La clasificación más común es analizarlas por ciencias sociales y naturales, las cuales se caracterizan por la comprensión y el control respectivamente. En la platónica observamos que las ciencias se dividen en teoréticas, cuyo objeto de estudio es el conocimiento puro, y las prácticas que estudian las acciones y creaciones humanas. Husserl dividió las ciencias en eidéticas y fácticas, es decir en a priori y a posteriori.  Shopenhauer  las definió como ciencias puras y ciencias empíricas. El problema esencial de estas clasificaciones es el hecho de que todas suelen caracterizarse por un conflicto de definiciones, y esto se traduce en un conflicto de la ciencia. Es decir el meollo está en que todas estas clasificaciones están caracterizadas por la “división”, y por tanto conllevan a la contradicción.

Sin embargo, el conflicto de raíz que posee la ciencia es ser una ciencia o permitir la existencia de diferentes ciencias. Esto nos llevaría indudablemente al conflicto de la homogeneidad y la heterogeneidad, la diversidad y la unificación, en pocas palabras que exista un único conocimiento o que existan diferentes tipos de conocimiento.

Es importante recalcar que  la ciencia no sólo es complicada por los conflictos dicotómicos, también lo es por el sentido estricto que se le ha querido otorgar. La ciencia surge como una reacción ante lo dogmático, y sin embargo cae en el dogmatismo al querer discernir entre lo que es ciencia y lo que no es, al querer imponer un único método, y  sus propios prejuicios.

La ciencia intenta generar leyes invariables, pero las leyes son sólo una costumbre, y si pensamos y conocemos a partir de ésta ¿Hacia dónde va la ciencia? Al mismo tiempo trata de imponer una noción de razón, su supremacía, sin darse cuenta que ésta es sumamente relativa.

El científico presume de comprender la realidad y probablemente no comprenda más que porciones de la misma en tanto define su objeto de estudio y delimita el área de conocimiento.

El científico intenta presumir de objetividad, quiere eliminar las prenociones, los prejuicios. Y desgraciadamente puede llegar a caer en un  prejuicio del prejuicio, cuando opina que cierto conocimiento puede ser definido como no  científico y otro sí, cuando en realidad no existe una delimitación real.

El científico trata de comprender la realidad otorgada, y es en este esfuerzo por comprender  cuando reduce la complejidad, sin darse cuenta que la reducción implica el retorno del concepto, y que además al no existir una visión totalizadora no puede comprender esta complejidad.

Con el desarrollo del pensamiento científico se han generado diferentes tradiciones de pensar. Entre ellas se encuentra el tan anhelado positivismo. A esta tradición pertenece Popper, quien intenta desarrollar un racionalismo crítico. Lo más relevante de este autor es que termina con uno de los prejuicios mayores sostenidos en la ciencia “la verdad”.  Ya no se trata de encontrar una verdad absoluta e incuestionable, sino de ser capaces de obtener una transición de conocimiento, de reemplazar los supuestos que se habían sustentado, en pocas palabras de hacer que la verdad sea provisional.

Ahora bien, al encontrarnos en un alto grado de avance de pensamiento donde el relativismo y la subjetividad comienzan a manifestarse en la mayoría de los teóricos surgirían preguntas como ¿Hacia dónde va la ciencia si ahora relativiza los conceptos? ¿Qué hacer si todo es interpretado desde la subjetividad y la abstracción? O bien ¿Qué hacer en una época del todo vale científico?

El problema es complejo de resolver, lo cierto es que la supremacía de la razón a la que aspiraba la ciencia tradicional solo podrá lograrse a partir de un alto nivel sintético que sea capaz de eliminar los conflictos que existen dentro de la misma. En pocas palabras el problema de la ciencia no se resolverá hasta que dejen de persistir lo conceptos dicotómicos, así como las contradicciones. Entonces ¿la ciencia ya no es ciencia? 

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