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Foto de la presentación de Berbel. Fotografía cortesía de Rosario Valcárcel.
Foto de la presentación de Berbel. Fotografía cortesía de Rosario Valcárcel.

Por Rosario Valcárcel.

Confieso que desde que empecé a hojear Fuga de relatos” comprendí enseguida que los trece cuentos que constituían este libro eran narraciones independientes tanto en sus temas como en su ritmo, que no se acomodaban al libro de relatos previsibles porque son una colección de pequeñas historias reales o ficticias que se presenta ante el lector con temáticas diferentes, escritos en distintos tiempos cronológicos y en espacios culturales que algunas veces guardan relación entre sí y otras no.

Ahora bien María del Pino Marrero Berbel deja la puerta entreabierta al gesto crítico y elocuente, al guiño por los derechos de lo femenino, a reflexiones filosóficas y humorísticas, a la propia experiencia de las emociones humanas, de la vida.

Desde el primer relato titulado “Historias de las orillas” hace alusiones directas e indirectas a la tierra canaria, a Agaete, a lo coloquial y lo cotidiano, a los vocablos de nuestra lengua, al “cuento” a la adjetivación y a los giros canarios. Nos envuelve el poder de la palabra.

“Las mujeres lo tenían aún más negro, revolviéndose en lo seco, tierra adentro, arañando cebollinos a la montañeta, hartas de lavar en las acequias y de limpiarles los mocos a los chiquillos.”

O en el relato “Crimen perfecto” una historia que ya con ese título posee un  gran atractivo y un halo de misterio ante el lector. Y si además coincide como en este caso que es un relato maduro y mimado.

“La vida teje los hilos de la muerte y en su telaraña van cayendo pedazos de emociones, sentimientos e ideas que van aniquilando el tiempo.”

También nos introduce en “La mansión de los Winterson” narraciones donde encontramos historia de países y sus mitos. Descripciones que estimulan nuestra percepción porque es un discurso repleto de luces, colores, ruidos, voces. Costumbres.

“…¡África es otro mundo! En África tocas las raíces de la tierra, de lo ancestral del misterio. ¡Si viera Lawrence, los sakuyus, los masai, los tuareg, los bosquimanos…! ¡Los ojos ardientes del silencio!…”

Sabe Berbel describir a los personajes, lograr un retrato fiel con vigor y colorido en sus rasgos.

“A mi mujer la conocí en el pueblo, ella sabía de mí y nada le podía extrañar. Me enamoré de Juana un día que la vi en misa, yo estaba detrás de ella emocionado por las orquillas que prendían su velo.”

Como indica nuestra autora en algunos de sus relatos hay muchísimas referencias y homenajes a sus autor@s preferid@s, a los estudios que ha realizado a través de los años, a la lectura de los clásicos. Referencias que toma como un juego. Ingredientes que como en “El reino de los libros” pertenece al mundo de las palabras, del tiempo, de la imaginación, de lo onírico. Al reino de la ensoñación y de las fantasías.

“Recorrer los espacios del tiempo, los sentimientos, las emociones. Transitar la vida entera entre realidades y sueños impagables entre las cuatro paredes de aquella biblioteca que siempre fue su reino.”

Fuga de relatos es un libro editado por Huerga y Fierro. Presentado en el Museo Poeta Domingo Rivero por Juana Olivia Falcón y por Laura Astrid Ramos Cardona, con rigor y sencillez. Más de cien personas disfrutaron del ambiente cálido, de las palabras de Berbel quien comenzó haciendo un recuerdo entrañable a Luis Natera, poeta recién fallecido. Al coloquio que se creó con la nueva obra que ratifica la calidad literaria de nuestra autora.

Un libro que lleva una preciosa portada. Una foto de Rafael Hierro que representa un invernadero que ha sido azotado por el viento, sin tejado en un paisaje de calima y con un cielo desvaído, casi sin color. Un paisaje que podría simbolizar la Fuga de los relatos de Berbel. Relatos que nuestro viento alborotador, nuestro viento del sur, ha querido que emprendan la búsqueda de otros paraísos, de otros lectores.

Desde muy pequeña Berbel sintió una gran pasión por la literatura y nos dice que escribía antes de saber escribir. Y quizás el estar dotada de un alma sensible y sentir un gran amor por las artes plásticas le ha ayudado a su composición narrativa, a su estilo, así en su obra se percibe el juego que hace con los nombres de los personajes o el cambio sorprendente del personaje principal en “Carta el Ingenioso Hidalgo de la Mancha” donde la propia narradora es la que enamora; es la Cervantina.

“..¡Oh, amor y amado! ¡Oh mi señor y dueño, que por ganarme el cielo en los empeños, ligera y lisonjera transgredí las normas y los mundos recorrí por mi honra! ¿Pues acaso la honra no es servirme de los altos valores de mi alma?…”

Pero su verdadero refugio literario son sus espacios, internos o externos. Espacios donde quizás ha vivido o ha soñado los relatos, espacios por donde serpentea su imaginación, espacios que son en definitiva, según sus propias palabras, lo que construye su Universo, lo que la lleva a vivir y a escribir con una mente sensible y con un registro muy personal.

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