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Discodeine: Pentile y Pilooski
Discodeine: Pentile y Pilooski

Por José Luis Dávila

 

Los beats marcan un ritmo singular apenas se inicia  el disco. Mientras se reproduce la primera canción algo va liberándose. Algo que incita a bailar, a mover la cabeza, los brazos, las piernas, el cuerpo entero. Y en un susurro va la letra (en la voz de Matías Aguayo, uno de los invitados que tienen en esta producción), frases que se repiten una y otra vez; el sonido nos envuelve.

Es el álbum debut (y homónimo) de Discodeine, dueto de origen francés formado por Benjamin Morando y Cédric Marazewski (mejor conocidos como Pentile y Pilooski, respectivamente), quienes después de tres años de su formación logran posicionarse entre los más influyentes del Nu disco, a pesar de haber lanzado hace sólo un par de meses este primer trabajo de larga duración.

Quizá su éxito se deba que cada una de sus pistas es tan adictiva; todo el disco es un catalizador para los sentidos que ayuda a explorar sin temor la sensualidad, porque la música que ellos producen tiene una fuerte carga erótica; si se presta la suficiente atención pareciera que de los sonidos va emanando —como de una vara de incienso— una fragancia que calma la ansiedad, que relaja y sume al individuo en el placer de la inactividad cuando, de pronto, cambia, da un giro total y vuelve a alterarlo todo, arrastrándolo hacia el fondo de un pozo tan profundo que pareciera el inconsciente freudiano donde a cada paso está un deseo reprimido luchando contra la censura para salir y apoderarse del cuerpo que escucha.

Todo lo anterior se incrementa cuando se une lo auditivo al juego visual, sobre todo en Synchronize, vídeo en que se muestra una historia de sexo y drogas a través de los recuerdos de un hombre y una mujer, y en el cual cuentan con la participación de Jarvis Cocker, quien se encarga, aparte de ser la voz, de saturar la imagen con movimientos típicos de él, esos mismos movimientos que lo llevaron a ser todo un motivo sexual durante los 90’s, la década de mayor esplendor de Pulp (década en que Cocker saboteó improvisadamente una presentación de Michael Jackson).

 

Arte del álbum de Discodeine
Arte del álbum de Discodeine

 

Por su parte, la tapa del disco está inspirada en un grabado de Gustave Doré (Daniel aux Lions) del que el espíritu romántico que va a la perfección con el tinte oscuro de varios de los temas del Cd.

En sí mismo el álbum es un viaje hecho con psicotrópicos, de esos que se venden ilegalmente en los clubs dónde la música de Discodeine es mejor para sentirse, a la mitad de la pista de baile, sudando entre la multitud pero sin detenerse ni un instante porque los beats marcan la noche, marcan la forma en que empieza y en que termina; Discodeine abre, como el LSD, la percepción.

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