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Correos de México. Foto de Óscar Alarcón para Neotraba
Correos de México. Foto de Óscar Alarcón para Neotraba

Por Becca Durán

 

¿Ya todos están listos para el inevitable regreso a clases? Bueno, pues yo entré desde hace una semana a la escuela (y no fui la única) y aunque no creo que una semana sean “vacaciones” me referiré a este período de descanso así, como todos le dicen “Vacaciones de semana santa”.

 

(Inserte aplausos y ovaciones).

La verdad es que al escribir para ustedes me doy cuenta de que realmente no hago nada interesante. Y estas vacaciones no fueron la excepción, hice lo mismo que todos los años de mi vida —bueno al menos eso creo— salvo unas pequeñas excepciones.

 

Se supone que adelantaría mis miles de trabajos de mate peeero, pues no sería Becca si no buscará la emoción y adrenalina que te da el hacer los trabajos un día antes. En serio es revitalizante.

 

El sábado me fui a Izúcar de Matamoros (ahí está la mitad de mi vida) y estuve acostada casi todo el día. El domingo fui a la misa de ramos —y esa misa sí que dura mucho— el lunes, martes y miércoles equis, peeeero el jueves ¡Boooom!

 

Me fui con mi mamá, tíos y primos a la Ciudad de México, que debo decir fue una maravilla ese día porque no había tráfico ni personas apresuradas por las calles. En serio estaba bien bonita.

 

Y… chaan chaan chaan, en ese viaje me subí por primera vez al metro, no me pregunten de líneas o estaciones, sólo sé que mientras esperábamos a que llegara crecía en mí un miedo horrible de caerme a las vías y morir —y eso que estaba casi pegada a la pared.

 

Total que nos subimos y llegamos a Chapultepec. Fuimos al Castillo, que está bien bonito, y nuevamente me di cuenta de que estudiar tiene sus beneficios (o sea otros más) y uno de ellos es que no te cobran para entrar al Castillo.

 

Mi prima pequeña, mi mamá y yo pasamos muuy rápido, mientras que mis tíos se tardaron como mil horas esperando a pagar su boleto. Sí amigos, sí cobran por entrar a ver la recámara de Carlota. Qué por cierto podría no ser su recámara, puesto que los que saben sólo suponen y no están seguros de esa información.

 

Recorrimos todo el pasillo y en mi corazón le di mil gracias a tooodos mis maestros de historia porque gracias a sus clases no me sentí perdida en el recorrido (y eso demuestra que si ponía atención a sus clases ¡boom!).

 

Después de eso fuimos a Palacio Nacional. Debo decirles que yo soy muy fitness y quería irme caminando todo Paseo de la Reforma hasta llegar al Zócalo. Pero al parecer era la única fitness en ese viaje porque después de 2 cuadras todos quisieron irse en metro. Y mi sueño se vio frustrado.

 

En Palacio Nacional pedimos una visita guiada, la chava súper linda nos mostró básicamente los murales que pintó Diego Rivera. Todo un visionario. Y también nos explicó para qué servía el Palacio Nacional, nos dijo que cada presidente que llega debe de dejar algo ahí y un montón de cosas más que nos les contaré porque si ya fueron las saben y si no han ido o no se acuerdan deben de regresar (por cierto que en Palacio Nacional no cobran la entrada).

 

Luego fuimos a la casa de Benito Juárez que está ahí mismo y la recámara que está ¡sí es la de Don Benito!

 

Después de un largo día de historia y caminata, como todo ser humano, no fuimos a comer a un restaurante que está a un costado de la catedral. Sólo logro recordar que comí alitas, lo demás ha sido borrado de mi mente, no por ser una mala experiencia, sino porque es mucha información y mi cerebro desechó algunas cosas. La comida fue una de ellas.

 

 

Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México. Foto Óscar Alarcón para Neotraba
Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México. Foto Óscar Alarcón para Neotraba

 

 

Después de comer, como ya era tarde, rompieron mis sueños (again) de ir a Bellas Artes, y nos regresamos a Puebla.

 

(Inserte música triste y tomas en blanco y negro).

 

Y pues bueeeno, les  aseguro que ese día fue el más emocionante de mis bonitas vacaciones.

Ahora con el cambio de horario, la escuela y  todo, les juro que espero con ansias que acabe el curso escolar para que mis vacaciones de verano (ahora sí vacaciones) sean las más geniales del mundo.

 

Y si me la paso durmiendo todos los días, a lo mejor y mi mamá me dice que nos vayamos de nuevo fuera de la ciudad y pueda contarles de las nuevas experiencias que vaya a vivir. ¡Yeeeeei! ?

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