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Atoms For Peace. Imagen cortesía de José Luis Dávila.
Atoms For Peace. Imagen cortesía de José Luis Dávila.

Por José Luis Dávila.

Un beat más a la cadena como una palabra que se agrega para continuar la oración de la historia de un hombre al que le fascina caminar solo entre la multitud porque asegura sentirse en paz entre los rostros desconocidos que poco probablemente se volverá a topar.

Un beat más como otro golpe del martillo para que el clavo quede atrapado, y atrapando al mismo tiempo, las dos piezas de madera que junto con otras formarán el librero de una mujer desordenada que deja regada la ropa por el piso de su habitación, deja los trastes sucios acumularse en varios rincones de su apartamento de soltera, pero sus libros se encuentran pulcros, acomodados bajo un rígido sistema, porque sabe que son lo único que le importa, lo único que la reconforta por las noches, los únicos que no la han decepcionado.

Un último beat como el llanto de un bebé en medio de la madrugada, rompiente del silencio en el lecho matrimonial, rasgante del aullido del perro y el lamento del gato de los vecinos que tratan de comunicarse con la noche por medio de las voces que los hombres ya no entendemos.

 Así como hay tres, hay miles, cientos de miles, millones. Beats que se definen en nuestras vidas, y vidas que se cuentan en ellos. Yo, por ejemplo, estoy a poco de tener 23 beats.

Atoms For Peace. Imagen cortesía de José Luis Dávila.
Atoms For Peace. Imagen cortesía de José Luis Dávila.

 

Esto lo pensé luego de escuchar Amok, el primer disco de Atoms For Peace. Escuchamos en ellos beats que nos reflejan, que nos narran a nosotros mismos, al igual que narran a otros.

Amok es la muestra de que un beat que pasa en constante repetición, que forma una cadena con otros, y que todos juntos componen una canción es lo más cercano que encuentro por el momento a cómo construimos nuestras relaciones con los que nos rodean.

Somos beats en la vida de los demás, y juntos somos una canción sobre todos nosotros. Y quizá somos un álbum junto con otras cadenas de beats. Y quizá ese álbum se llame Amok. 

Portada de "Amok" de Atoms For Peace. Imagen cortesía de José Luis Dávila.
Portada de “Amok” de Atoms For Peace. Imagen cortesía de José Luis Dávila.
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