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En estas vacaciones tuve la oportunidad de salir de viaje, pero esto no es sólo para presumir la oportunidad de salir, no, no; esto es para justificar mi visita a Cuetzalan, lugar catalogado como Pueblo Mágico; pero no, tampoco es para que te cultives en información de este tipo, no, no; es sólo para ubicar mi comentario. La cuestión es que en mi visita a dicho lugar tuve la experiencia de recordar las arcades o comúnmente conocidas como maquinitas (más en la región central de México).

Las arcades son el lugar, donde podría decir que cultivé un gusto por los videojuegos, ya que siendo el primer hijo en casa aún no tenía en mi sala una consola de videojuegos. Pero, ¿por qué en Cuetzalan? ¿Y por qué hablar de ello?

En Cuetzalan me llevé la sorpresa agridulce de encontrarme con que en cada esquina existía un lugar con arcades, a pesar de que el pueblo es un lugar pequeño la cantidad de sitios para jugar videojuegos me sorprendió. Era grato tener tan cerca un vicio; un vicio que tuve que controlar a razón de que tenía que estar con la familia durante el viaje. Pero eso no es lo agrio, sino qué clase de maquinitas eran:

 

 

Maquinita adaptada con Xbox
Maquinita adaptada con Xbox

 

Era una maquinita adaptada con un Xbox, todos los lugares para jugar estaban llenos con maquinas parecidas a estas. Y no lo veo mal, la cuestión es que me hace pensar en la competencia que significan las consolas caseras contra las ahora tan olvidadas arcades. Dicha competencia significa perder la atención en crear.

Bien recuerdo la zona de maquinitas que estaba en los arcos del zócalo de Puebla, y la cantidad de arcades que habían.

 

 

Maquinitas
Maquinitas

 

 

Era para entonces un consumo sano, del cual debo aceptar contribuía y también ayudé a destruir. Pero la cuestión no es la culpa, es la memoria de lo que antes eran. De lo que sí y lo que no, de lo que se perdió y de lo que ahora se busca solo vender. Ahora en Puebla, lugar del que hablo porque conozco, muy pocos sitios mantienen arcades, y de esos pocos sitios son más en los lugares de franquicia, que han sustituido las monedas por tarjetas (más práctico sin duda).

En una metáfora con la que cualquiera se podría identificar, es como si a tu caricatura favorita de la niñez decidieran poner a Bob Esponja como personaje principal, tal vez te dé gracia, cumpla con su cometido, pero te aseguro que no es lo mismo.

Entonces, si ves por ahí una arcade clásica, sin un control conectado deberías probarlo, porque dentro de poco quedarán extintas; no es la necesidad, pero sí la experiencia.

Otro detalle, decidí llamar a mi columna de este modo porque eso es lo que te pide una maquinita para poder jugar:

“Insert Coin”.

 

Rokubi habita en: http://rokubi-s-world.blogspot.com/

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